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48 V IS IO N C R IS T O C E N T R IC A .. pensamiento del Hombre-Dios como principio absoluto de la crea­ ción y callado principio generador. En suma como el «Logos s p e r- m a tiko s». San Bernardino aplica a Cristo la terminología feudal de su tiempo: la creación no es más que el «decens comitatus» del Hombre-Dios, como quien dice el séquito honorable del Cuerpo del Señor. La consecuencia inmediata de esta visión cristocéntrica de la Antropología y de la Cosmogonía, es la asociación de todo el sa­ ber a la persona de Cristo. La ciencia, la cultura, la filosofía son por necesidad «cristianas» (9). Si toda la creación está ordenada a Cristo, el sistema de leyes y correlaciones existentes entre las ,cosas tiene que tener como punto céntrico a Cristo, a la persona humana del Verbo. No existe ningún lugar vacío de Cristo. Así aparece el mundo entero concatenado con el Cuerpo de Cristo y la ley natu­ ral, que da cohexión y sentido a la creación, como la ley del Cuerpo de Cristo en la interpretación de la Etica y de la Sociología huma­ na, como se advertirá más adelante. 3. E l « c ris to c e n trism o » de B a rth en la T eo lo g ía p ro te s ta n te .— Ante todo conviene poner de manifiesto, para mejor inteligencia, que Barth parte de la «ana log ía de la /e » : intenta interpretar la doctrina revelada a través de la revelación misma. Sobre la dialéc­ tica de la « p o s ic ió n y p re s u p o s ic ió n » hará uso predominante de las categorías de la revelación, sin poder prescindir totalmente de al­ gunos conceptos filosóficos, como el de naturaleza y causa. El punto de partida de la Teología de Barth es Cristo: no el Logos abstracto, sino la persona concreta del Hijo de Dios. Porque Cristo ha logrado asociar en sí cielo y tierra, toda la creación envuelve una relación esencial a El. Esa relación comunica su bondad a las creaturas y justifica el hecho de que Dios haya asociado al hombre como su compañero; esa relación salva la continuidad analógica entre Dios y las creaturas y elimina toda contradición entre Dios y el mundo: Cristo los ha hecho compatibles en su persona. Esa compatibilidad se manifiesta especialmente en el hombre. La naturaleza humana por la cual Cristo y el hombre se identifican en una unidad supe­ rior, «presupuesta» en Dios, salva la continuidad entre el Creador ( 9 ) La cultura bajo el «aspecto cristocéntrico» ha tenido también numerosos representantes en lengua alemana, v. gr., Ernest M ich e l: Politik aus dem Glauben (Jena, 1926 ) ; Lebensverantwortung aus dem katholischen/Glauben (Berlin, 1957 ). Johannes P in s k : Die sakramentale Welt (Preiburg. i. Br., 1938 ). Oskar B a u h o fe r; «D ie Heimholung der Welt (Preiburg i. Br. 1947 ). Ida C oudenhove-G örres : Von der zwei Türmer (Feiburg i. Br. 1940 ). Robert Sch eren : Christliche Weltverant­ wortung (Freiburg i. Br. 1940 ). Josef P iep er: Christliche Philosophie, en H ochland 40 ( 1948 ) 503 SS.

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