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RICARDO RABANOS, C. M . 11 como en el caso presente, concibe un hijo, sin concurso de varón (33). 3) San Lucas no es menos explícito que San Mateo, proclamando la concepción virginal de Jesús. Los autores asignan a su relato de la Anunciación diferentes fines o intenciones que ahora no es del caso discutir. Como quiera que se interprete, es necesario afirmar que la virginidad de María desempeña un papel importante. No fa l­ ta a María el epíteto de v irg e n , aun después de haberla acabado de presentar como la v irg e n desposada con u n va ró n de n om b re J o ­ sé (34). La primera palabra de María, que niega toda relación sexual provoca el anuncio de la concepción virginal de Jesús: E l E s p ír it u Sa n to v e n d rá sob re ti, y la v irt u d d e l A ltís im o te c u b rirá con su som b ra , y p o r esto el h ijo e n g e n d ra d o s e rá santo, s e rá llam ad o H i­ jo de D io s (35). Y el resto del relato no es más que la prueba de la posibilidad y de la realidad de la misteriosa concepción: tu p a rie n te Is a b e l, sie n d o e s té ril y v ie ja , ha c o n c e b id o ; p e ro tú, quedand o v ir ­ gen, co n c e b irá s , p o rq u e nada h a y im p o sib le p a ra D io s (36). El pen­ samiento del evangelista es claro y preciso. Se trata de una auténtica partenogenesis. La calificamos de a u tén tic a , porque no lo es la que nos ofrece la cultura greco-romana y por la cual quieren los críticos explicar el dogma de la concepción virginal de Jesús. Son muchas las purificaciones y los perfeccionamientos que deben interponerse entre el paganismo y el cristianismo, para que sea franqueable el abismo que los separa (37). El judaismo tampoco explica suficientemente la creación del dog­ ma cristiano. Sólo Dios ha podido hacer tan estupendo milagro, que bien ha expresado San Lucas: S e rá s M a d re y V irg e n ju n tam e n te , p o rqu e nada hay im p o sib le p a ra D io s (38). (33) J. C o p p e n s recuerda los reparos de M. Mowinckel y de J. J. Stamm (La prophétie d’Emmanuel, en Rev. Théolog. Philos., 1944, 1-27), y enumera los ar­ gumentos tradicionales en favor de la Virgen-Madre (La prophétie d’Emmanuel, en L ’Attente du Messie (Recherches bibliques), Lovaina, 1953, pp. 30-50). (34) Como en S.Mateo, tomamos elvocablo«virgen» en sentidomoral y jurídico y no sólo comoindicación delaedad yde lasituación social de Maria. (35) Le. 1, 35. (36) Le. 1, 37. (37) F r a n z X . S t e in m e t z e r dedica su libro «Empfangen vom Heiligen Geiste», publicado en 1938, a refutar la tesis de «La Cultura Antigua», estudiando lo pa­ gano; lo cristiano y lo histórico sobre la Concepción de Cristo, la frase «te cubrirá con su sombra», el nacimiento virginal de Jesús y la maternidad divina de María. (38) D. D aube (The new T. and Rabbinic Judaism, London 1956, p. 9), es­ cribe abiertamente: appears to be increasingly favoured by modern scholars that

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