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RICARDO RABANOS, C. M. 5 rísima protección de Dios, contenida en la filiación adoptiva o en el titulo de hijo primogénito dicho del pueblo de Israel (9) bis.; y la carta a los Hebreos, al aplicar esta promesa a Jesús, hijo de David, y llamarle Hijo de Dios, da a la filiación adoptiva un sentido total­ mente nuevo y transcendental. La exégesis del profetismo atribuye al salmista una revelación, por la cual Dios le comunicó el orden hipostático del Mesías Jesús y la generación eterna del Verbo: Tú eres mi Hijo, hoy te he engendrado. Aun dentro del primer sistema de exégesis existe el peligro y a veces la realidad de atribuir al salmista la interpretación de la carta a los Hebreos. Insensiblemente somos arrastrados a armonizar y unificar textos bíblicos. No pensamos que el hagiógrafo neotesta- mentario, precedido por Jesucristo y asistido por el Espíritu Santo, cuando cita un texto viejo-testamentario, lo puede citar en un sen­ tido nuevo o simplemente como ilustración de su pensamiento. Por ejemplo, cuando San Pablo, en su argumentación sobre la culpabi­ lidad de los judíos que han rechazado el evangelio, cita el salmo «Su pregón sale vor toda la tierra» (10), nadie afirmará que el sal­ mista habla de los predicadores evangélicos. Todos dirán que el Após­ tol sólo quiere ilustrar su pensamiento con el texto bíblico: Así co­ mo los astros, diseminados por todo el mundo, cantan la gloria de Dios, así los evangelizadores se extienden por todo el mundo, predi­ cando el evangelio. La exégesis histórico-literal se fija particularmente en el am ­ biente histórico, en el género literario de la narración y en la in ­ tención del narrador. Pío X I I es el primero en manifestar que estas circunstancias ayudan eficazmente a la recta interpretación del tex­ to (11). Ordinariamente ésta depende de aquéllas. Así en el relato de la Anunciación unos intérpretes dan mayor importancia al anun­ cio del Mesías que a la maternidad virginal, pasando por alto el estado moral previo de María; y otros afirman que la maternidad virginal desempeña un papel tan importante como el anuncio del Mesías, incluyendo la preparación providencial para la maternidad mesiánica (12). E igual sucede en lo referente al género literario, porque donde unos acentúan el parentesco con la Anunciación de Gedeón, por ejemplo, otros lo atenúan (13). (9) bis Os. li , l. (10) Salm . 19 (V . 18), 5 ; Rom. 10, 18. (11) D ivin o Afflante Spiritu, B A C , 136, 547. (12) Severiano del Pàramo, art. cit., p. 175. (13) Audet, art. cit., p. 352 ss.

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