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RICARDO RABANOS, C. M . 27 la virginidad de María tan importante papel como a su materni­ dad mesiánica, el evangelista lo hace dentro del ambiente histó­ rico, sin recurrir al voto. María fué purísima antes de los desposo­ rios; continuó purísima en los desposorios, en el momento de la aparición del ángel y según la ley a la costumbre de los judíos (113). Todavía no se nos propone la Virginidad de María como un ideal de perspectiva ilimitada, ni como preparación providencial a la maternidad del Mesías, ni como un estado de vida, pues están de por medio los desposorios. c) El texto . Los autores no convienen en la crítica textual de Lucas, 1, 34. Unos lo creen adición o interpolación; otros lo leen con algunas va­ riantes; y otros conservan la lección correcta y auténticamente cri­ tica. Tres, pues, son las posiciones de los críticos, que reseñamos bre­ vemente. 1) Las interpolaciones se atribuyen a los transmisores de los manuscritos o al autor del tercer evangelio. Dentro de esta última hipótesis se encierran otras dos: San Lucas añadió los textos de la concepción virginal a la fuente judío-cristiana que llaman Proto- Lucas (114), o a la segunda edición de su Evangelio (115). Los críticos tampoco convienen en la extensión de las interpola­ ciones. Unos la extienden a los vv. 34-37 (116); y otros la reducen sucesivamente a los vv. 34-35 (117), al v. 34 (118), y al v. 34b (119). El más radical es Pernot, que lee el relato primitivo así: El ángel fué enviado a una joven desposada con un hombre, cuyo nombre era José, de la casa de David, y el nombre de la joven era María. Esta, viéndole, se asombró y se turbó. El ángel dijo: No temas, María; tú has encontrado favor ante Dios. Tú concebirás y parirás un hijo. Y tú le llamarás con el nombre de Jesús. Y María d ijo: He aquí a (113) F iló n conviene plenamente con los legisladores posteriores en prohi­ bir la cópula cam al durante los desposorios (D e spec. leg., I I I , 72, 79, ed. Cohn- Wendland, V, p. 170. 171). (114) H illm an, Usener, Harnack, Zimmerm ann, Schmiedel, Pfleideref, Cony- beare, Loisy y Ciernen. (115) Ta ylo r, o. c., en (104). (116) C lem en , Religionsgechichtliche Erklä rung des N. T ., ed. 2, 1924, 114-115. (117) L o is y , L ’Evangile selon Luc, Paris, 1924, 92; W inter, T h e Proto-source, página 193. (118) W e in e l , D ie Auslegung des apostolischen Bekkentnisses, Z N W 2 (1901) 37. (119) M er x , D ie Evangelien des Markus und Lukas, p. 180.

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