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2 0 ¿VOTO O PROMESA DE V IRG IN ID AD ? desde su v irg in id a d (80). No otro es el sentido de «virgen» en el relato de la Anunciación. La condición de María es de virgen y de desposada (81). 2.— O tra e x p l ic a c ió n Los católicos, deseosos de seguir una exégesis estrictamente h is- tórico-literal, se alejan de la exégesis teológica o especulativo- dog­ mática e interpretan el relato de la Anunciación en este sentido: — El ángel Gabriel anuncia a María la concepción de un hijo, que es primaria y formalmente el Mesías. — María no conoce otra concepción que la realizada por obra de varón, imposible para ella en el momento, de que le habla el ángel, porque es sólo la desposada y no la esposa de José. Esta circunstan­ cia, real y objetiva, aunque momentánea, impide la realización del mensaje angélico y hace exclamar a María espontánea y sencilla­ mente, con gran asombro, pero sin asomos de curiosidad, ni excesos de reflexión, por conocer el modo de la concepción: ¿¡Cómo puede se r esto, pues yo no tengo con ta cto m a trim o n ia n ? — El ángel responde, yendo más allá de los conocimientos de M a ­ ría, porque la obra de varón no será necesaria en la concepción del Mesías. El E s p ír it u San to v en d rá sob re ti y te c u b rirá con su som b ra. María concebirá milagrosamente. Será madre, sin dejar de ser virgen. — La Virgen, siempre constante a sí misma, responde con senci­ llez y naturalidad: H e a q u í a la s ie rv a del S e ñ o r ; hágase en m í tu vo lun tad . Esta interpretación se recomienda, porque: a) coloca la escena evangélica en el ambiente histórico judío contemporáneo; b) res­ ponde admirablemente al contexto; c) conserva el texto en toda su autenticidad crítica; d) reproduce el auténtico retrato bíblico de M a ­ ría; y e) no es irrespetuosa con la tradición de la Iglesia. a) E l am b ien te h is tó rico . Todos los exégetas debieran esperar de San Lucas un relato de la Anunciación lleno de colorido semita. María debiera ser hija de su época y miembro del pueblo judío. Sin duda desearíamos que la joven de Nazaret no desentonara de sus compañeras, sino en la mo­ destia y pureza del alma y cuerpo. El matrimonio era el ideal de toda israelita, acto santo y muy conforme con la ley de Moisés. (80) Le. 2, 36. (81) Gächter, P., Maria in Erdenleben. Neutestamentliche Marienstudien, In ­ nsbruck, 1953, p. 96-97.

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