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1 6 ¿VOTO O PROMESA DE V IRG IN ID AD ? Los Evangelios Apócrifos refieren que todas las doncellas que vivían oficialmente en el templo se sometieron a la orden del sumo pontífice y contrajeron matrimonio, menos María «la Virgen del Señor, quien dijo que no podía hacer aquello. Dió como razón el que estaba consagrada al servicio de Dios espontáneamente y por vo­ luntad de sus padres, y que además había hecho al Señor voto de virginidad, por lo que no estaba dispuesta a quebrantarlo por la unión matrimonial (61). 5) Entre las alabanzas de la virginidad cuentan los PP. Griegos que María la prefería a la maternidad divina, de modo que estaba dispuesta a renunciar ésta, si se la exigía con detrimento de su vir­ ginidad. La explicación, tal como suena, es abiertamente inexacta. María era de alma sumisa y obediente a los planes divinos. Siempre, en la virginidad o en el matrimonio, respondería al ángel: He aquí la esclava del Señor-, hágase en mí según tu palabra (62). El monje Jacobo expresa la disyuntiva de María en toda su cru­ deza: Entre las cosas grandes que me propones, una es horrible, la de concebir y parir un hijo. Esto me causa angustia y es principio de temor. Esto me suena a muerte. Si me significaras el aconte­ cimiento en un orden nuevo, asentiría a tus palabras y aceptaría la razón de la nueva obra. Mas si me indicas el futuro parto por el modo ordinario del matrimonio, aparta la maldad, desiste de tal obra, no pases a proponer un mal al alma que conoce el mal» (63). El ángel, escribe San Gregorio Niseno, anuncia el parto; pero Ma­ ría se adhiere a la virginidad y juzga anteponer su integridad a la demostración angélica; no tiene fe en el ángel, ni se aparta de su propósito. Me he entredicho el uso de varón» (64). San Sofronio se muestra un poco más moderado, cuando escribe: No es una idéntica cosa la virginidad y el matrimonio; no son igua­ les la continencia y el uso conyugal; no son lo mismo la pureza 1193): No rehusó la fe al ángel, a causa de las muchas señales de fe; I sidoro de T esalonica , In Annunt. B. V. Mariae, 17, PG, 139, 97. 100 (ed. lat. 69,62): Hablas de concepción, oh Gabriel, y me anuncias un hijo. Pero, ¿cómo me sucederá? Ciertamente concebirás. Mas el modo que buscas es éste». (61) Nativ. de María!, V II, 2, ed. BAC 148, 268; cf. Ps. Mateo, V III, 2; ed. cit., p. 210 (6 2 ) S. B e r n a r d o ha expresado esta idea magistralmente: Si su Majestad ordena otra cosa y dispensa en este voto para tener tal Hijo, alégrome del Hijo que me da, mas duéleme de que se dispense en el voto; sin embargo, hágase su voluntad en todo (Super Missus est, hom. 4, 3 , P L 183, 8 0 ; ed. B A C , 110, 219 ). (63) Orat. in Annunt. PG 127, 649 (ed. lat. 65, 326). (64) In diem Natalem Christi, PG 46, 1140-1141 (ed. lat. 25, 687).

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