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FR. JOSE CALASAN Z DE LA ALDEA 289 Y si pierdes, sonríe y sigue adelante. Pero piensa que si ganas habrán logrado la vida entera...» (84). El amor, es, en rigor, tanto como la vida. Su eficacia y su espe­ ranza novísima. Todo lo demás — crucifixión de la carne, pobreza, ri­ quezas, olvido— no importa. Coincidencia exacta con la profunda valoración de Scheler al colocar el «ordo amoris» de la persona en el centro del ser. Pudo escribir el pensador alemán en «Destino, determinación individual y «ordo «amoris» que, quien posee el orden amoroso de un hombre posee al hombre. Y , glosando la frase céle­ bre de Pascal: «Le coeur a ses raisons, que la raison ne connait point...», atribuye al corazón el más estricto primado de lucidez, de contenido interior y, sobre todo, de vida. «Piensa que si ganas, has logrado la vida entera». La realidad decisiva es el amor que seguirá al hombre como un adolescente alado — ¿ángel, mujer, divinidad?— hasta el supremo desprendimiento de la muerte. Así en el impresionante epifonema que custodia el palacio flo­ rido y dolorido, divinamente dolorido del amor: «PORQUE EL AMOR, SI ES AMOR, VA MAS ALLA DE LA MUERTE» (85). Fr. José Calasanz de La Aldea, O. F. M., Cap. (84) Horas, p. 40. (85) Ibid., p. 41.

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