PS_NyG_1957v004n007p0239_0289

2 4 2 ITINERARIO EXISTENCIAL.. purísimas hasta imprimirla con el estilete de su pluma en el pór­ tico mismo del canon de su estética. Para Leal Insua la metáfora es, nada menos, una visión de luz en el antro oscuro de la fantasía. Y , consiguientemente, es hasta cierto punto ineludible la adscripción a este mundo de «visiona­ rios«, si se aspira a evadirse de los dominios de la «neutramen- talidad». La fantasía es un elemento creacional, poético. Pero no basta para hacer al hombre en su ser íntegro. Desde su nacimiento se ordena como el manantial al riachuelo y éste al mar a la compleja urdiumbre del pensamiento. «Dicen que somos artistas. Si lo fuéramos, sentiríamos una mayor avidez para los éxtasis contemplativos. El mejor cua­ dro está en tus silencios. El mejor poema, en mi propia alma. Si los vendemos no serán buenos porque ya no son nuestros» (3). La metáfora — y sobre el lector el nuevo derrotero lógico del problema— es en la obra de nuestro poeta una manera de contem­ plar. La contemplación tiene un árbol genealógico de sangre azul. En tiempos Dios vió que su «Creación» — coincidencia verbal que diviniza la tarea del poeta— era buena. Para la filosofía griega la ciencia era exactamente un contemplar: «Theorein». Modernamente ha resucitado la tradición del pueblo sabio por antonomasia, y la contemplación ha asumido su olvidada realeza. Reiner María Rilke, el poeta más desconcertante que conozco, cuyos «Angeles» son te ­ rribles (4), se ha enternecido hasta hablar de «la rosa del con­ templar» (5). Imaginación, éxtasis contemplativo, sentimiento, vida. Todo esto envuelto en la diafanidad de un estilo de una intensidad lírica in ­ superable y de un calor fertilizante de organismo vivo. La metá­ fora se ha hecho por un reflejo instintivo, teoría metafísica, con­ cepto e idea del ser del hombre en el mundo. Veamos ahora el estilo fundamental de esta filosofía poética. La vida no tiene un esquema unívoco en su dimensión actual. Esencialmente el hombre es un binomio de «cuerpo y alma», con una destinación providente de inmortalidad. Esta unión substan­ cial implica una diversidad constitutiva de potencias y un compor- ( 3 ) Primer Semillero de Poemas, núm. 29 , pág. 21 . ( 4 ) Las Elegías de Duino, Elegia, I, pág. 95 , ENE., Madrid, 1946 . ( 5 ) Las Elegías de Duino, Elegia V, pág. 123 .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz