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240 ITINERARIO EXISTENCIA!,.. fectamente logrado. Para Leal Insua, los hombres pueden clasificar se en tres grupos: «Los que, aparentando no ser nada, llevan tras la frente la clave de todas las posibilidades. Los que no siendo nada realmente, disfrutan o sostienen posiciones sociales de alguna categoría. Los incapaces. En el primer grupo caben los que, sin ayuda inicial, crean por sí mismos una situación sobre la vida vulgar. En el segun do, los que viven de la consideración que les prestan los demás. Y en el tercero, todo ese resto de neutromentales que, caren tes de inquietudes, ciñen sus mejores momentos, si son obre ros manuales, al vaso de cualquier taberna; si son profesionales, alegran su medianía con satisfaciones más o menos sensorias; y si pertenecen a clases mal llamadas de privilegio, se pasan las horas y los días y los años cotilleando en cualquier tertulia o prodigando sonrisas en cualquier salón» (1). La clasificación está hecha desde un ángulo social y no es difí cil la comprobación. Una comprobación experimental, casi de esta dística, muy en consonancia con el gusto moderno. Yo creo que esta panorámica podría alargarse con una clasificación hecha desde el pensamiento, que podríamos recoger en este tríptico de caricatura: Los que piensan mucho, los que piensan poco y los que no piensan nada. El propósito de Leal es de una claridad sorprendente. Hay que aguijonear con una valentía insobornable el espíritu adormilado en las aceras de la pereza, de la comodidad y de las presunciones ridi culas para hacer al hombre. No me sorprende en lo más mínimo la actitud del poeta vivarien- se. Desde la altura de su personalidad de pensador ha iluminado las perspectivas ideológicas, las vivencias terrestres y las posibilidades vitales. Una tarea básica de la estructura humana a la que han con sagrado su actitud — con frecuencia, hasta su ser— la mística desde la teurgia hasta la teología especulativa; la filosofía, desde el saber como regusto de la verdad y como virtud hasta la suprema identi ficación de la teoría con la vida bella en los «D iálogos», de Platón; y la poesía en toda la gama inefable de lira, epopeya, drama y tra gedia. Leal Insua se ha acercado como un creador a las fuentes de la (1 ) P rim er S em illero d e P o em a s, n ú m . 30, p á g . 21.
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