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212 V A L O R A C IO N DEL O B JE T O .. la eficiencia de la realidadconcreta y sensible enel alumno según evolucionionalavidaaunestadodemadurez, peroenlas dudas la inteligencia vuelve a la forma sensible como último recurso para precisar conceptos. Para el muchacho en un estado afectivo, intranquilo e inquieto la oscuridad omultiplicidad complica el problema docente. Sólo se resolveríaparcialmente el inconveniente simplificando el trabajo in telectual conmedios fáciles, el usodeobjetos o formas sensibles. La precisión y simplicidad permite una posible asimilación, aunque la evidenciade la imagennoexcluyanuncael esfuerzopersonal sinel cual nohabríaeducación. Al profesor lecompetelaobradeselección que gradúe ymida la dificultad a tono conel nivel intelectual del educando, porque si la ideasuperaeste nivel fracasa la laborpeda gógica, aunque en el alarde de habilidadel maestro llegue aponer encontacto conlaverdadla inteligenciadel muchacho. Este no lo gra retener esos pensamientos. Acaso provoquen en él la timidez o el hastio.Obviamos, pues, lamultiplicidadyelegimosunprocedimien to simple, «uno», determinado. Y encuanto al númerode imágenes nomuchas, sinopocasyselectas. Precisamente laeficaciade lafor ma sensible consiste en ese carácter sensible, concreto, individua lizado, asequible acualquier inteligencia, yaquepresentaunoauno los distintos aspectos de laverdad. Unavisión lenta, repetida, porque el muchacho intelectualmente nopuedeiraprisa. Retienebienlas impresiones, perorelacioname jor el adulto. Arealizar esta tarea leayudará el grafismo del objeto o la representación sensible. Para que las ideas permanezcan en la mente el alumnonecesitaconcentrarse ydirigir lamiradaal objeto oasurepresentaciónquesosegará conla forma sensible una aten ción inquieta. Sonmuchos los motivos que dispersan la atención e impiden una labor de asociación, mas el grafismo del objeto o la representaciónsensible lepermitenvolver fácilmente al temadees tudio en el momento de la distracción. Es preciso, pues, una oportuna y apropiada selección de imá genes, figuras o recursos visuales, que estimulen la actividad del discípulo. En la elección cabe unmargenpara la iniciativa del es tudiante. Tratamos, precisamente, de suscitar esa iniciativa y acre centarla, porqueel éxitodeunaeducaciónsecalculanopor lacan tidad de conocimiento que acumula en la inteligencia, sino por los valores humanos que produce. «La cabeza bien formada y no bien llena». En el quehacer diario el alumno va despejando el horizonte de susdudasyhaciendoluzensuconciencia. Ahorabien, aesatareano secooperasinel conocimientoactual del estadomental del alumno.
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