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FR. CLAUDIO DE VILLARRIN 237 y expresión del rostro. La fuerte concentración en el plano de la imagen, las sensaciones de tensión y de oscuridad ocurrentes a cada cambio de ella (atención maquinal), son garantía de una asimila­ ción intensa del tema de estudio. En la película las impresiones resultan más intensas gracias al movimiento de que está dotada la escena proyectada. La proyección es susceptible también de des­ pertar sentimientos más elevados, no sólo por la naturaleza de la representación, en que se inflama la vida sensitiva del niño con la compasión y alegría, la angustia y la expectación, sino también mediante el acrecentamiento del saber, que ensalza el sentimiento de la propia dignidad. Esto es aplicable particularmente a los indi­ viduos propensos a debilidad psíquica. También la fantasía es de­ sarrollada esencialmente en su esfera representativa» (37). Pero hay un peligro. El Papa alude explícitamente a él: «no practicar el esfuerzo inherente a la abstracción o a la deducción» (38). Sin esfuerzo no hay educación posible. Mas este obstáculo pudiera obviarse por la prudente selección y elaboración de programas, que tuviera presente el fin primario de la educación: facilitar la acti­ vidad e iniciativa del alumno. Como órgano informativo el cine se usa hoy con óptimos resul­ tados. Y se aplica también con éxito a la enseñanza industrial. Ini­ ciaciones didácticas podrían ser el No-Do y cualquiera clase de do­ cumentales que exponen ideas de cultura o noticias de actualidad. La película facilita la observación de movimientos ultra-rápidos o excesivamente lentos, como el crecimiento de las plantas, an­ tes inapreciables, ensanchando los horizontes de la ciencia y lle­ nando la inteligencia de ideas claras sobre la realidad. Los medios audio-visuales acercan los objetos a las puertas de los sentidos. Del éxito del método es una prueba contundente la rápida extensión de estos medios pedagógicos en los centros de enseñanza. Según la ofi­ cina de Educación de EE. UU., el número de proyectores en las es­ cuelas en 1938, era de 450; en 1948 se eleva a 35.000 «La película sonora es el colmo de la perfección» (39). Así lo afirman sus defen­ sores, pero ya se habla de adaptaciones, mejoras, nuevas creaciones. La televisión, el libro microfílmico, el libro hablado y el sonido es- tereofónico son planes de la futura metodología. Fr. Claudio de Villarrín Prof. del Sem inario Seráfico El Pardo.—Madrid. ( 37 ) Dicc., de Pedagogía, ibid., col. 2627 . ( 38 ) Loe. cit. ( 39 ) Me., K ow n , op. cit., p. 19 .

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