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FR. CLAUDIO DE V ILLARR IN 235 con el índice de la mano izquierda a los nobles. Este es un dato. Po­ dría citar también el caso de Guzmán, el Bueno, de Sancho IV en las Navas de Tolosa, saltando valientemente por encima de la mu­ ralla de cadenas y esclavos que impedían el avance del ejército cristiano. El profesor necesita, pues, prepararse para las tareas escolares. Un profesor no se improvisa. Incluso será preciso una revolución ti­ pográfica, porque el educador no dispone del material necesario para la explicación de sus clases: textos, gráficos, mapas... Posiblemente muchas experiencias científicas que valoren la eficacia de estos pro­ cedimientos. La pobreza de nuestros libros de texto a veces es asom­ brosa. Pero deseamos subrayar, porque es una idea fundamental en esta exposición, que las ayudas audio-visuales, «no existen indepen­ dientemente, ni son por sí mismas instructivas. En realidad, sólo son ayudas auxiliares de la instrucción», un complemento del libro de texto (33). El cine o la proyección —son casos particulares— , se­ rían el primer paso para iniciar la explicación oral o una visión definitiva que sintetizara los diversos matices de un tema o también como ilustración de una idea esencial. Como nota informativa, he aquí una enumeración de los tipos de educación audio-visual, según aparece en el libro de Mac Kown, Harry C., y Roberts. Alvin B., titulado «Educación audio-visual»: Pizarrón. Cuadro Dramatización: pantomima, juguete... Dibujos lisos, en relieve, tarjetas, fotos... Gráficas. Mapas, planos, proyecciones, globos... Cinematógráfo. Fonógrafo, tocadiscos, discos... Carteles. Radio. Estereóscopos. Dibujos fijos: fotografías e impresiones. Proyecciones. Placas transparentes. Aparatos de televisión. Viajes, excursiones... ( 33 ) Me. K o w n , op. cit., p. 3 . ( 34 ) Ibid., p. 13 .

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