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234 VALORACION DEL OBJETO.. fesional, o de la genial improvisación de algunos intuitivos o de un aprovechamiento del empirismo tradicional, o, sobre, todo, de una irrealizable selección de prácticos especialmente dotados de esas cua­ lidades exquisitas que van implicadas en el inefable don del «buen maestro» (31). Los medios audio-visuales, como método ordinario de instruc­ ción, serían un poderoso auxiliar del libro de texto. La afirmación no incluye un desplazamiento, sino una supervaloración del texto. Limitemos la experiencia al uso del encerado. Las líneas y los di­ bujos «despiertan la atención de los niños y calman su natural in ­ quietud más eficazmente que el castigo o la reprensión y hacen que muchas verdades penetren mejor en el entendimiento y se impriman profundamente en la memoria» (32). Hoy la cultura llega por medio de imágenes aún a las clases más modestas: Noticias generales de arte, historia, conocimientos aislados sobre ciencias naturales, pro­ pagación de enfermedades, temas de enseñanza para profesionales o de mera ilustración. La tarea se ha enseñado en ciertos aspectos con éxito. Al hacer esta enumeración nos referíamos concretamente al cine. Y , ¿por qué no aprovechamos las ventajas de este método en la enseñanza? El diálogo del muchacho es obligado. Observa, rela­ ciona. Otros miran, pero esa mirada es activa e inteligente. Quizá sea prematuro ahora hablar de una educación audio-visual en todos sus aspectos, como medio ordinario de instrucción, porque el uso del método exige una preparación profesional, que el educa­ dor ahora no tiene. Pero hay formas muy conocidas que no usamos, con evidente perjuicio para los muchachos, porque quizá sea más fácil el camino trillado, la rutina de las preguntas y respuestas. Lue­ go lamentamos el escaso éxito de nuestro trabajo profesional, cuan­ do hemos olvidado que la cultura es una realidad vital, que dicta nuevas leyes al educador, si quiere transmitir el pensamiento el edu­ cando. Una preparación es imprescindible aún al profesor de latín. Un mapa al comentar una batalla o un dibujo en el encerado es­ pecificando la situación del ejército, ayudan a la comprensión del texto. Y , si tratamos de monedas, pesos e indumentaria, la fotogra- gía, la estampa, etc.,..., ¿no ilustran la mente del alumno más que todas las palabras? Entre los recuerdos de la cscuela conservo la imagen histórica que representaba la famosa campana de Huesca: un círculo con siete cabezas y el gesto imperioso de Ramiro II, el Monje, señalando ( 31 ) Ibid., p. 30 . ( 32 ) G e n t i l l i n i , B .: op. cit., tom. II, p. 35 .

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