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232 VALORACION DEL OBJETO.. como en relacionar el objeto con algo ya conocido. Relacionar es pen­ sar y, si atendemos claramente a la relación, la cosa relacionada ten­ derá a persistir sin necesidad de solicitarla» (26). Util sería conocer la capacidad de la memoria en el trabajo, el momento en que se produce la fatiga, etc., etc.... Todo esfuerzo tiene un límite y, si se traspasa, el rendimiento es nulo o quizá nocivo para la enseñanza. Pero tampoco podemos aceptar indistin­ tamente un tiempo clave. Cada asignatura tiene su tiempo, pues el estudiante trabaja más intensamente en un razonamiento matemático que en un estudio de historia o geografía. También esta observación le interesa al pedagogo. La oportunidad en el uso del método consiste para mí, aparte de las cualidades arriba indicadas, en la atracción que la forma sensible ejerce sobre el educando. Notábamos ya el progreso de la memoria en el púber, una memoria mecánica que trabaja con ele­ mentos sensibles. Y el máximo apogeo de este desarrollo está en­ marcado entre los 10 y los 19 años. Sería, pues, un error desapro­ vechar esta tendencia psicológica, que nos ayuda a perfeccionar la mentalidad del alumno por medio de la realidad sensible. VI Muchos problemas presenta la enseñanza: deficiente desarrollo mental, apatía, desinterés, irreflexión, pereza, absentismo mental, un memorismo raquítico, etc., etc.... Intentamos solucionar estos vie­ jos errores con nuevos procedimientos para dar mayor amplitud a nuestra cultura. No obstante, si alguno piensa que el uso de los medios audio-visuales es una garantía absoluta de éxito en la labor docente, se equivoca lamentablemente, pues olvida que el individuo puede reaccionar, como ser libre, no según las leyes de lo psico-pe- dagogía, que aqui hemos expuesto, sino de un modo inverso (27). Hablamos preferentemente de la imagen, pero no pretendemos con ello negar la eficacia de las sensaciones auditivas. Más aún, para que el uso del método sea eficiente, sería necesaria la participa­ ción de todos los sentidos, particularmente el sentido del oído y la ( 26 ) Cit., por R. B la n c o : Teoría de la Educación. Madrid, 1933 , 3.“ edic., tom. II, p. 185 . ( 27 ) Vide F r . T o m a s de F o n t a n il : Psicohigiene del trabajo intelectual. «Naturaleza y Gracia», 5 ( 1956 ), 250 .