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2 3 0 VALORACION DEL OBJETO.. pero el discípulo no se interesaba. Todo eran palabras, palabras... Como principio de renovación y variedad, el método audio-visual ahuyenta el aburrimiento y el hastío, que ahoga todo interés. Suce­ sivamente se presentan sensaciones diversas que alegran el ejer­ cicio de los sentidos. Pero es la plenitud representativa de la ima­ gen y el realismo de su expresión los dos elementos que subyugan con más violncia el ánimo del discípulo por la fuerza persuasiva que tienen sobre la forma abstracta y el esquema árido. La colaboración de estos factores produce el sentimiento de la realidad, mezcla de conocimiento y afecto que se exterioriza en el interés. «La enseñanza, escribe el P. Ruíz Amado, ha de despertar interés, dando a conocer y haciendo sentir el valor del objeto, el cual se puede fundar, no sólo en el deleite y molestia que nos produce, sino en muy dife­ rentes conceptos, que dan lugar a otras tantas especies de interés pedagógico» (25). Todos estos aspectos los aprovechará el maestro hábil al presentar el objeto a la consideración de los alumnos, si conoce la complicada psicología del educando. El método audio-vi- sual será, pues, una ayuda valiosa. V Para que haya recuerdo, la inteligencia necesita una especie que permita a la memoria reproducir la representación en la conciencia, una especie que antes haya estado impresa en la m en te; luego vendrá el reconocimiento y la locación, elementos que integran el proceso del recuerdo. Parece, sin embargo, que la perfección de una buena memoria depende casi exclusivamente de la «evocación». Convenía, no obstante, observar que cada uno de estos elementos tiene un momento distinto de plenitud que luego se manifestará en la madurez psíquica del niño. A los 11 años, por ejemplo, un muchacho fija bien las impresiones; en cambio el adolescente posee también la venta­ ja de evocar con facilidad los recuerdos, localiza mejor las imáge­ nes porque tiene más medios de asociación y reconoce bien los objetos. Un individuo aprende pronto, pero olvida rápidamente; otro, por el contrario, es tardo para aprender y muy tenaz en la retención. Las diferencias individuales son múltiples. Notemos ya que la ca­ pacidad de síntesis y análisis en el púber aún está en ciernes, puesto (25) Ib id ., p. 20.

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