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FR . CLAUDIO DE V ILLARR IN 2 2 9 de la segunda enseñanza, un influjo decisivo en la mente del alum­ no. Y ésta es precisamente la primera razón de nuestra tesis. Sabemos que el muchacho es curioso; observa. Por tanto, necesita elementos de observación. Presentémoselos para satisfacer esa preo­ cupación y aprovecharla con un fin didáctico. «La curiosidad es la madre de la ciencia», repetían los antiguos. Ese interés será asom­ bro, preplejidad..., o un afán inquisitivo, aunque sea muy superfi­ cial en los principios de la pubertad. ¿Por qué?, ¿por qué...?, el eterno tormento de un muchacho. Y la pregunta la sugiere ese objeto que ve, una noticia... Para personas inquietas será un tormento, una impertinencia, un ... Y responderán frecuentemente con un seco «cá­ llate», o todavía peor, con un irónico ¿Por qué...? «Todo lo contra­ rio, afirma Claparéde, éste deseo de conocer lejos de reprimirse es pre­ ciso que se estimule, porque precisamente sobre él debe apoyarse la palanca de la instrucción. Y si no existe no es posible ningún enriquecimiento del espíritu: véanse los idiotas. La curiosidad in­ fantil debe desaparecer de la lista de los vicios, para ser inscrita en el cuadro de las virtudes» (24). A satisfacer esta exigencia tiende precisamente el uso de los medios audio-visuales. La metodología propone como medio para suscitar el interés «las imágenes». El dato todavía sería más significativo, si nos fijamos en lo que expresa, porque indica que el objeto debe ser fácil de en­ tender para las facultades; algo que el individuo reconozca como suyo, que vea, que toque, fenómenos, animales... Si habla de His­ toria de la cultura, personas o inventores de cosas conocidas. Si es­ tudiamos Historia, revoluciones o hechos sorprendentes que nos sean simpáticos: Numancia, Sagunto, Viriato, Aníbal, el Cid, Granada, el Gran Capitán... Si tratamos de lenguas, exponer las relaciones que hay entre la lengua desconocida y nuestra propia lengua, la etimología, la variación de las palabras, temas de derivación y com­ posición... En torno a estos puntos claves ha de girar la explica­ ción de otros temas menos brillantes, pero necesarios, si pretende­ mos mantener el interés del alumno. Esa necesidad de una aproximación y acercamiento a los hechos o una explicación de la realidad circundante constata la urgencia de que el profesor muestre la verdad de una manera tangible, y, al mismo tiempo, la eficiencia del método audio-visual, como un re­ curso imprescindible para interesar al muchacho. El caso sucede muchas veces. Oyen en la clase una explicación y un 90% no se ha enterado de qué estábamos hablando. Y había quizá silencio, ( 24 ) Cit., por G e n tillin i, op. ext., tom. II, p. 115 . 6 .—NATURALEZA Y GRACIA.