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222 VALORACION DEL OBJETO.., aprovecha el tiempo atesorando siempre caudal de ideas, las percibe con más claridad y exactitud, y finalmente, las recuerda con más facilidad» (12). Quizá el individuo en los casos de atención sostenida no vea un ob jeto , sino muchos asociados a uno. La observación me parece acertada, puesto que tal vez no sea posible psicológicamente que la atención esté fija sobre un objeto durante mucho tiempo (13). En­ tonces el estado de atención variará, será más o menos continuo, según los lazos de asociación que unan el entendimiento a la rea­ lidad sensible. Según las investigaciones de Chadwick la atención sostenida dura en un muchacho de 10 a 12 años unos 25 minutos; 30 minutos para los muchachos de 12 a 16 (14). Luego viene la fatiga y la falta de esfuerzo intelectual, que varía según el tiempo de cada clase, la estación del año, las horas de trabajo, el día de la semana, etc., etc.... También es una prueba de experiencia, aunque no suficiente­ mente comprobada, que el muchacho, al menos en algunas funcio­ nes determinadas, posee mayor capacidad de atención a los 18 años que a los 14 o a los 10, porque la vitalidad del individuo ha alcan­ zado un grado más de perfección en el desarrollo. No obstante, aun­ que la capacidad sea mayor, también el alumno tiene una persona­ lidad más vigorosa que se doblega con dificultad a los artificios pe­ dagógicos del profesor, ya que voluntariamente puede resistir a la acción de los estímulos. Otras formas de atención requieren cierto ejercicio de la mente, como la habilidad de distribuir la atención entre diversas activida­ des, la aptitud de síntesis o análisis y la amplitud de la atención. Aumentan, por tanto, durante la adolescencia, aunque el número de objetos que recibe el entendimiento en un breve espacio de tiem­ po sea ligeramente mayor. Antes aludíamos a causas externas que obstaculizan la atención, pero hay motivos íntimos que no permiten al alumno fijar la mente en un objeto concreto, como el proceso biológico, un equivocado sub­ jetivismo, la afectividad, la viveza de las imágenes..., la psicología inquieta del muchacho, que le separa del mundo real. También el adolescente y el joven experimentan los efectos de la bulliciosa sensibilidad interna, subjetivismo y predominio de la (12) B almes , J .: Obras completas, Colee. B. A. C „ vol. III, p. 558. (13) F owler D. B rooks , op. cit., p. 68. (14) Cit., por B uyse , R . : La experimentación en Pedagogía. Barcelona, 1937, trad. de P. Martínez, Apéndice n .

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