PS_NyG_1957v004n007p0207_0237

220 VALORACION DEL OBJETO.., número de ideas adquiridas, sino también a la forma de conocerlas. Un conjunto de simpatías e impresiones, que les sitúa al margen de la realidad, constituye el núcleo de ideas que posee la persona­ lidad y les domina de una manera obsesionante. En tal coyuntura se aviva la sensibilidad del muchacho, pues el ensimismamiento le per­ mite apercibir la resonancia de cualquier estímulo. Nos encontramos con un mundo anárquico y desconcertante de sueños e ilusiones, anhelos e inquietudes, particularmente en el pe­ ríodo de la juventud, elaborado por la fantasía que se sobrepone o ahoga la actividad intelectual y volitiva. La vitalidad exuberante de la imaginación obstaculiza el ejercicio mental. Veamos ahora la oportunidad que ofrece el método audio-visual en la enseñanza para superar estos inconvenientes psicológicos. Ya advertimos la atracción de la imagen en la mente del alumno. Tenemos, pues, indicado el camino, un camino que abre las puertas de los sentidos a la realidad externa. La inteligencia necesita con­ tacto inmediato y constante con el objeto o la forma sensible para enriquecer de contenido la conciencia. Machacona e insistente­ mente el método audio-visual perfilaría nociones exactas y vivas, corrigiendo el vicio del subjetivism o y ayudando a la inteligencia del estudiante en la pubertad. Notemos que los sentidos están liga­ dos al mundo sensible. Convendría recordar aquí las cualidades del método audio-visual: el poder operativo y las facilidades que ofrece en el proceso del co­ nocimiento a un individuo ensimismado, encerrado en el ostracismo de su intimidad y con un número muy limitado de ideas. Ni el exclu­ sivismo ni la ignorancia absoluta de las ventajas que el procedi­ miento nos brinda serían soluciones acertadas. Es verdad que siem­ pre quedará, a pesar de todos los artificios pedagógicos, una huella que indique el paso del hombre por esta etapa psicológica. Pero ob­ tendríamos un éxito si hallamos la forma externa que supere suave y efica zm en te los elementos preconcebidos o superpuestos del sub­ jetivismo. Así, a fuerza de repetir suave, pero constantemnte, la imagen corregiremos el a fe cto morboso, simpatías o antipatías exageradas, porque la verdad últimamente se impone a la inteligencia. A un estado intensamente lúcido, vivido, sólo podía oponérsele otra vivencia igual o superior para contrarrestar cualquier maléfica influencia. Aquí hay otra garantía del método audio-visual para apa­ ciguar la lucha de tendencias contrarias, pues las energías psíquicas concurren en un punto común, la imagen, aunándose y conjuntán­ dose por la fuerza de atracción que ella posee.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz