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204 SA B ID U R IA Y F IL O S O F IA .. logia (38). Creemos que caló profundamente, aunque demodo par­ cial, enel temaquevenimosdesarrollando. Lástimaqueunafidelidad deescuelalehayaimpedidodeducir loqueestálatente ensusprin­ cipios. Razona J. Maritain que si históricamente el fin del hombre es de hecho sobrenatural, nopuede construirse una ética sin tener en cuenta este hecho. Tal modo de razonar parece concluyente. Pe­ ro sigamos arguyendo more scholastico. Si toda ética, como él mis­ mo reconoce, se fundamenta enunametafísica ymás en concreto, enuna antropología, ¿cómo poder prescindir en el estudio de esta metafísica y de esta antropolgía de las realidades sobrenaturales que han dejado sumarchamo óntico y psicológico en nuestras es­ tructuras humanas, base sobre la que hay que levantar la cúspide de la MORAL: el deber y la obligación ? J. Maritain no cita a S. Buenaventura. Creemos, sin embargo, que ha hecho un gran ser­ vicio al Seráfico Doctor, pese a haberse quedado amedio camino. Ello parece decirnos que la concepción de S. Buenaventura so­ bre la Sabiduría Cristiana, no como confusión de filosofía y teo­ logía, como tantas veces sinmotivo se le ha imputado, sino como Síntesis Sapiencial en la que convergen los rayos distintos de la teología y de la filosofía se está abriendo paso. Ello contribuirá a elevar este decrépito mundo cultural que rezuma naturalismo a ras de tierra. Las modernas y complicadísimas cuestiones de la Nueva Cristiandad con sus problemas afines sobre la misión de la Iglesia en lo temporal, la interpretación de la marcha de la his­ toria como « encarnación » ocomo «escatologia» , etc., todos estos te­ mas creemos podrán recibir nueva luz de las enseñanzas del gran teólogomedieval (39). Sindesdeñar la carne y sus exigencias, supo centrarlasmentesenloquedemandael espíritu aquienlacarnedebe hallarse orientada y en funciónde servicio. El P. Zamayónnos ha dadoun síntesis de la Sabiduría Cristiana segúnel SeráficoMaes­ troenestaspalabras conlas quecerramos estaprimera conclusión: «.Un conjunto de conocimientos en el que se coordinan sin confun- (38) Cf. Ciencia y Sabiduría..., p. 135-224. En esta obra se remite a otras anteriores y reafirma su posición más firme y definitiva. Muy instructivo a este particular el Anexo-Respuesta a nuevas objecciones. (39) Cf. G. T hils , Teología della Storia (edic. ital.), Alba, 1951, p. 45 y ss. También estos temas preocupantes han sido objeto de estudio en las Conversa­ ciones CatOl. de San Sebastián. Véase Documentos, 11-12: La eficacia temporal del Cristianismo.

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