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1 9 4 SABIDURIA Y FILOSOFIA .. queuna técnica le suministrará, siquierasea ésta tan rudimentaria como la del indio preparando su «casabe». Por todo ello, para co­ nocer el espíritu de una época no podemos detenernos en aspectos parciales y engañadores, sino en las ideas señeras y rectrices, que son las determinantes de las diversas culturas. De locontrario cae­ ríamos en el fallo tan pueblerino de juzgar de la verdaddel cris­ tianismopor laactitudoconductadeD. Fulano oD. Mengano que sedicencristianos. Sonlas ideas, no loshechos, losmentores de los pueblos. A este criterio, por lo mismo, nos atenemos al enjuiciar ciertos momentos de nuestra cultura occidental. La segunda observación, ampliacióndelaprimera, serefierealos contrastes históricos tan chocantes que nos ofrecen las civiliza­ ciones humanas, no sujetas, dígase lo que se quiera, a leyes fijas. Enel apartado anteriorhemos podido advertir que la literatura sa­ piencial de las viejas civilizaciones nace a impulsos deunafánpor hallar aDios. Y sinembargo, enunambiente saturado de « sapien­ cia -», uno de aquellos sabios renuncia aDios paradescifrar el enig­ madel dolor. Cree poder señalar a los humanos uncamino de au­ téntica sabiduría que no desemboca en Dios, sino en el Nirvana. ¿Qué es el Nirvana? No andanmuy acordes los conocedores de la filosofía budista. Pero sí lo bastante para decirnos que su sistema sapiencial lleva unciertomarchamo de ateísmo. (23). Al contrario; enlafilosofíagriegaquehapartidodeunacimentacióntécnica, ha habido espíritus que por su genio se han elevado a la concepción deunDios transcendente al mundo, yestocomo términode suas­ censión ideológica. Platón, el vanguardista deDios enel mundo de la filosofía helénica, es buena prueba de ello. Mas a pesar de los nobilísimos esfuerzos de este gran genio, la filosofía helénica hace sentir suorigentécnicademodobienpalpable cuando en la época del helenismo el ideal del sabio se limita a una técnica de «bien vivir», para llegar a la famosa «ataraxia», a la imperturbabilidad. Sóloel fogonazodel neo-platonismo desvelaráal espíritugriegopa­ ra que a grandes marchas emprenda la ruta de la mejor de las sabidurías. Pero para aquellas calendas, la SABIDURIA de Dios se había hecho carne. Y aquella sí que era la definitiva SABIDURIA, A LOGOS que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Joh. 1, 9). (23) A. Gallego, en un estudio bien reciente sobre Buda y el budismo. Madrid, 1954, p. 12, escribe: «El budismo auténtico es ateo en el sentido más estricto, y Buda no significa nada más que un estado de perfección negativa a que puede llegar el ser humano».

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