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1 5 6 V ISION INTELECTUAL Y SACERDOTAL DEL CINE que debe estar enacuerdo constante, enequilibrio dinámicoycon­ tinuadoenel medioyenlospaisajes donde seelevaysederrumba. Los sentimientos y las pasiones apenas son más que un pretexto destinadoadar ciertacontinuidad, ciertaverosimilitudalaacción». Naturalmente que hay que entender este término «plástica» en sumás amplioygenerososentido, sinrestricciones aloestético. «Es verdadque este término evocademasiadohabitualmente las formas llamadas esculturales, inmóviles, incoloras y que llevan muy rápi­ damente al cánon académico, al heroísmo concasco, a las alegrías azucaradas, en latón, en cartón pasta o enyeso. La plástica es el artedeexpresar laformaenreposoomovimiento, por todos losme­ dios al alcance del hombre». Unode ellos es el cine consus formas enmovimientos y en aparente y obsesionante quietud en los pri­ meros planos. He aquí una serie de objetos, momentos y escenas que única­ mente laplástica del cine nos puede ofrecer bullentes enel mundo enque vivimos. Faure los llama cinemimos, los cuales puedenrela­ cionarse y resultar recreados con relaciones múltiples e incesante­ mente modificadas con el medio, el paisaje, la calma, el furor, el capricho de los elementos, con iluminaciones naturales o artificia­ les, con el juego prodigioso entreverado ymatizado de los valores. El hecho de la revelación rítmica del mundo y sus cosas se puede lograr con el movimiento ralentí: los caballos a galope que pare­ cen bronces rampantes; los perros en las carreras cuyas contrac­ ciones musculares recuerdan las ondulaciones de los reptiles; esos pájaros que parecen danzar en los espacios con las velas de sus alas desplegadas como banderas; esos boxeadores que parecen na­ dar—los brazos de Joe Louis enuna de sus luchas inolvidables—, esos bailarines patinadores que danvueltas, estatuas enmovimien­ to, entornodeunaarmoníasincesar ligadaysincesar rota enla continuidad lógica del equilibrio continuo; los espacios nuevos que se abren; los monstruos aéreos pasando lentamente por la panta­ lla; la tierra lejana bajo ellos, ríos, ciudades, bosques, humaredas, ytodoelloturnándosealrededordeunejeinvisibleparaentregarnos entodossusaspectosyenconjuntolafazespléndidadel abismo. Ha­ bría que señalar también el mundo de lo infinito microscópico, y quizámañana el del infinito telescópico; la danza inaudita de los átomos y de las estrellas, las tinieblas submarinas que comienzana iluminarse. Apliquemos estos apuntes imaginativos rápidamente a la inmen­ sariquezaexpresivayamable de lapresenciahumana, y lograremos unavisiónaproximadadelariquezaynovedadinformativasdel cine. Naturalmente que todo este sueño, verdaderopor ideal, noquita

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