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FR. MAURICIO DE BEGOÑA 167 La incorporacióndel cine a la inteligencia, al mundo de los in­ telectuales, se ha verificado por medio de las dos funciones que el cine ejerce de manera reconocida: la información y la formación, la informativa y la formativa. El estudiode lacuestiónactual sobre laimportanciaintelectual del cineestribaenqueselereconoceuna inmensa eficacia informativa mientras que se duda de sus valores formativos hastael puntodeponerencuarentenalaoportunidadde emplearlo con fines normativos de la enseñanza. En todo caso, la preocupación universitaria, literaria y artística por el cine no ha hecho más que aumentar, ganando, como ya lo estamos viendo, el interés sacerdotal. PELIGROSDELCINE, SOBRETODOENLOSMENORES Antes de señalar los procedimientos para lograr una acciónpre- servativaenlos alumnosyengeneral enlospúblicos, esprecisore­ cordar siquiera las responsabilidades que pesan sobre el cine y las acusaciones fundadas de que ha sido y es objeto. De lamismanaturaleza del cine brotanya ciertos inconvenien­ tes que lo puedenhacer nocivo enel período de educación, de en­ señanza y de formación de los menores. La condición esencial del cinedeser imagen e imagen en movimiento >esciertamenteunacua­ lidadexcepcional del cineparasuscitarel interés, mantener laaten­ ción, y subyugar al individuoque locontempla. Mas por esomismo se incurre en el riesgo de que el cine agarrote y anquilose las fa­ cultades más nobles del niño, la inteligencia, la voluntady aún la misma imaginación, a fuerza de someterlas aunapasividadque se ha comparado a la del sueño, estado casi hipnagógico del especta­ dor en la obscuridad, enel silencioajeno a lapantallay orientado total y únicamente en el enmarque de la representación cinema­ tográfica. Este esunprimerpeligrodel cinequecontanta frecuen­ cia, no bien utilizado, suscita y fomenta la pereza, la abulia y la dispersión interior del niño y aún de cualquier público. Como consecuencia de ese mundo imaginario, de cuento y de juego, que es el objeto primordial del cine, se puede crear en la mente del público espectador, y, con mayor facilidad, en el niño, una concepción equivocada, fantasmagórica, irreal de la vida que le rodea. Es esto lo que se ha llamado optimismo social del cine como uno de sus defectos. Esta imperfección del cine es ya más discutible, sobretodosi tenemos encuentaquealmenos, porrachas, el cine describe con sus modos neorealistas las terribles realidades

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