PS_NyG_1957v004n007p0149_0179

FR. MAURICIO DE BEGOÑA 1 5 9 rancuenta. El uso frecuente del pañuelo erabuensigno; lapresión sanguíneay las pulsaciones, índices de calidadopeligrosidad. Lanotadestacable del mencionadoCongreso fué lapreocupación por el cine de menores, inquietud que es hoy universal enmedios educativos ymorales. Se entiende por menores particularmente los niños y adolescentes, pero tambiénhay que considerar los menores en cultura, los labriegos, ciertos obreros manuales, y, en general, todas aquellaspersonas situadas enunplanodepercepciónpocode­ sarrollada. Sonincontables los temas quepuedenser considerados enel cine deniñosyadolescentes. Heaquí algunosyaestudiados: A) Reacciones psico-sociológicas de la adolescencia ante films de diversos géneros; métodos psicológicos para el estudiode las ex­ presiones (mínima, gesto, etc.), para determinar las reacciones ante el cine; experiencias para la comprensión del lenguaje cinemato­ gráfico por el niño; efectos del tamaño y de la movilidad de los planos sobre las reacciones del espectador; papel de los esquemas animados enlainteligenciade las síntesis entre los niños. B) Menciónespecial merecenlos trabajos acercadelaaplicación del cine en sus funciones pedagógicas de enseñanza y aprendizaje. Tales comoel cine, útil detrabajoenlaescuelamoderna; lapelícula comomedio de enseñanza de la literatura y de la cultura; conclu­ siones sobre el empleo activo de medios audio-visuales en la ense­ ñanza; grandeza y servidumbre del cine escolar; valor del dibujo animado. C) Tema fundamental, ytodavíasinresolver, es el quepreocupó al Congresoyalaactual Filmología; el de la influenciadel cineen la delincuencia infantil. Las dos tesis extremas han tenido sus re­ presentantes: los que carganal cine la responsabilidadde la delin­ cuencia infantil y adolescente, y la de los que afirman que esa in­ fluenciaesmínima, nunca solitaria, y, entodo caso, noestá cientí­ ficamente demostrada. Se trata nosólodemenores, comoantes de­ cíamos, enedad, sino enculturay formaciónmoral. Hay datos cu­ riosos, como por ejemplo: estadísticamente los niños delincuentes vanmenos al cine que los normales; de cuatrocientas mujeres pú­ blicas examinadas sobre las razones de suprofesionalismo, sólouna indicó el cine. Sin embargo, la cuestión sigue sobre el tapete para moralistas yeducadores, y, por consiguiente, para censores. CH) Capitulo aparte merecen las comunicaciones sobre el em­ pleodel cineparael aprendizajede todaclasedeprofesiones, desde la mecánica militar; y sus aplicaciones para determinar el tiempo que pierde un montador de radios o una mecanógrafa inhábil en su tecleo, tomadas sus diversas operaciones manuales cinematográ

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz