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9 8 POLITICA ESPAÑOLA EN ANGEL GAN IVET ble, seguir un periodo de convalecencia y finalm ente una aptitud original ante el mundo. La crisis favorable exige un estado de recon ­ centración y de arrepentim iento: como si dijéramos un alto en el cam ino. La convalecencia supone un período de tiempo en el cual se irán recobrando las fuerzas perdidas por diversos motivos. Esta re­ cuperación deberá abarcar el aspecto espiritual y económ ico; pero en uno y otro caso ha de operarse no con soluciones pasajeras o copia­ das de otras nociones sino apropiadas a nuestro carácter y a nues­ tra historia. Ganivet viene a poner a los españoles en una disyun ­ tiv a : o son capaces de ser lo que son, o no merecen figurar en el mundo. Hay que realizar el período español puro. Y para ello, de­ jarse de minucias y salvar con buena voluntad y decidido propósito de engrandecer a Esapña los intereses particu lares: todas las formas de gobierno son buenas y cualquiera participación que se le conceda al pueblo es laudable si todos cumplen con su obligación. Pero G a ­ nivet insinúa, que el gobierno español debe ser un gobierno duro, como corresponde a nuestro carácter. Sólo así, se promete este epí­ logo exultante y esperanzado con que term ina su Idearium : «Yo ten ­ go fe — dice Ganivet— en el porvenir espiritual de E spaña ; en eso soy exageradamente optimista. Nuestro engrandecim iento material nunca nos llevaría a oscurecer el pasado ; nuestro florecim iento in te­ lectual convertirá el siglo de oro de nuestras artes en una simple enunciación de este siglo de oro que yo con fío h a de venir. Porque en nuestros trabajos tendremos de nuestra parte una fuerza desco­ nocida, que vive en estado latente en nuestra nación, al modo que, en el sím il con que comencé este libro, vivían en el alm a de la mu jer casada contra su gusto y madre fecundísima contra su deseo, los nobles y puros y castos sentim ientos de la virginidad». «Esta fuerza misteriosa está en nosotros, y aunque hasta ahora no se ha dejado ver, nos acompaña y nos v ig ila ; hoy es acción des­ concertada y débil, mañana será calor y luz y hasta , si se quiere, elec­ tricidad y m agne tism o ...». «Nuestro espíritu parece tosco, porque está embastecido por lu ­ chas bru tales; parece flaco, porque está sólo nutrido de ideas ridi­ culas, copiadas sin discern im iento; y parece poco original, porque ha perdido la audacia, la fe en sus propias ideas, porque busca fu e ­ ra de sí lo que dentro de sí tiene. Hemos de hacer acto de contrición colectiva, hemos de desdoblarnos, aunque muchos nos quedemos en tan arriesgada operación; y así tendremos pan espiritual para nos­ otros y para nuestra fam ilia, que lo anda mendigando por el mundo, (61) Ib id ., t. I , p. 240-245.

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