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P. JOAQUÍN DE EN C IN A S, O. F. M, CAP. 95 6.— ORGAN IZAC ION DEL ESTADO ¿Cuál es la forma más conveniente para un estado en España? Ganivet da la m isma respuesta perentoria que en el caso anterior: «La organización de un estado no exige ciencia ni arte extraor­ dinarios, sino amplitud de criterio y buena voluntad» (57). En la opinión de Ganivet el estado o poder público es necesario: lo accesorio es su estructura. Esta debe determinarse según las exi­ gencias del caso concreto; la sociedad, a cuyo bienestar y prosperi­ dad está ordenado el estado, es la que debe determinarlo, la que de­ be ajlistárselo, como las personas se a justan a la medida los vestidos según los tiempos o las circunstancias. El Estado tiene un carácter de medio, de instrumento para la realización de la obra: es lo que el andam iaje en las construcciones. Debe estar montado sólidamente para permitir el trabajo sin temor a accidentes. «Lo esencial — dice Ganivet— es la obra que, ya de un modo, ya de otro, se ejecuta» (58). Todos los gobiernos son bue­ nos cuando cumplen solícitamente sus obligaciones, piensa el escri­ tor granadino. Por consiguiente es la necesidad de cada momento histórico la que debe determ inar la estructura de cada gobierno. Pero preci­ samente por esto , hay que tener en cada coyuntura histórica un co­ nocim iento exacto de lo que se pretende; hay que conocer con cla ­ ridad el fin propuesto y, en conform idad con estas exigencias, deli­ near el régimen gubernativo m ás apropiado y eficiente. Por eso el hecho de que se discuta largamente sobre la conveniencia de una u otra forma de gobierno, ya supone para Ganivet una prueba de la fa lta de claridad en los fin e s: «no se sabe a donde se va, y por no saberlo, se entretienen discutiendo el cam ino que conviene se­ guir» (59). O cuando menos, sería una prueba de la poca seriedad nacional. Que estas ideas sobre la intervención del pueblo en la política y el carácter instrumental del gobierno, son en Gan ivet, una solu ­ ción de compromiso es cosa man ifiesta. El tiene su opinión propia, por m ás que crea conveniente sacrificarla en bien de la paz y de la concordia. Basten como ejemplo dos páginas de su ú ltima obra Los Trabajos de Pió Cid, de índole autobiográfica. La escena se de­ sarrolla a sí: unos amigos, convencidos de su cultura política, quie- (57) ibid., t. i, p. 223. (53) Ibid., (59) Ibid.

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