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92 POLITICA ESPAÑOLA EN ANGEL GAN IVET ría también a causa de la crisis de algunas provincias. Se puede afirm ar que todos los intereses tradicionales y actuales de España incólumes son los de la España del porvenir, a los que al contrario, conviene que la caída no se prolongue más. Este gran problema que nos ha planteado la fatalidad ha sido embrollado adrede por fa lta de valor para presentarlo ante España en sus términos brutales, escuetos que serían : ¿quiere ser una nación modesta, ordenada y no ver em igrar a muchos de sus h ijos por fa lta de trabajo, o ser una nación pretenciosa o flatu len ta y ver morir a muchos de sus h ijos en el campo de batalla y en el hospital? ¿Qué cree usted, amigo U n a - muno, que hubiera contestado España?» (49). Con esto queda clara la posición de Gan ivet en cuanto a la restau ­ ración económ ica: la de trabajar y conseguir con el propio esfuerzo y los propios medios, lo que menos honrosamente nos podía dar una colonización mercantilista. 5.— PARTICIPACION DEL PUEBLO EN LA POLITICA D ictam inada la restauración de E spaña , queremos completar el pensam iento de Ganivet exam inando el papel que corresponde al pueblo en la participación activa de esta nueva España recuperada o al menos en cam ino de mejoría. Y aquí es donde m ejor se pa ten ­ tiza clarísimamente lo que ya hemos advertido tan tas veces; a sa ­ ber el carácter práctico que presentan las soluciones de Ganivet. Si atendemos al sentido literal de las palabras, la nueva parti­ cipación que Ganivet asigna al pueblo está en m an ifiesta contradic­ ción con la opinión que la masa le mereció a todo lo largo del Epis­ tolario y en su novela La conquista del Reino de Maya. ¿Por qué esta ilógica variación en el pensam iento de Gan ivet? Sólo se explica, si se piensa que Gan ivet tiene decidido propósito de arreglar las co­ sas de España y, por tan to, de saltar por encima de todas las so ­ luciones posibles con tal de emplear una medianamente buena, pero que empiece a ser eficaz a corta distancia (50). Nuestro escritor hace como un buen h ijo de fam ilia que se pone (49) Ibid., t. n , p. 1086. (50) Asi expresa Ganivet esta convinción en el Idearium: «Cuando todos los españoles acepten, bien que sea con el sacrificio de sus propias convinciones teó­ ricas, un estado de derecho fijo y por largo tiempo, inmutable, y se pongan unánimes a trabajar en la obra que a todos interesa, entonces podrá decirse que ha empezado un nuevo periodo histórico». O. C., t. I, 174.

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