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Hacia eI salario justo 199 Para cerrar la puerta a esta y parecidas dificultades contra el salario familiar, tal vez no vaya fuera de propósito ni sea maliciosa la siguiente advertencia: Hablando en general, para que dicho salario se pague realmente y surta los benéficos efectos que de él se esperan, será casi siempre requisito indispensable que disminuyan los beneficios económicos del capital; es decir, los que ha venido percibiendo durante la época en que tal salario no se pa­ gaba (digo «hablando en general», porque no siempre han sido muy elevados los dividendos que el capital se repartía). Quizá sea esto lo que escueza y duela; del cual escozor dimana probablemente la ojeriza que contra seme­ jante salario se manifiesta en ciertos medios. Este recelo de ver disminuidos los beneficios del capital es la fuente oculta de la que dimanan varias difi­ cultades que contra él se oponen en el orden especulativo; pero bastará haber refutado las cuatro precedentes como ejemplo. También son numerosas las tomadas del orden práctico, de la situación concreta y actual de la economía en nuestro país. Dos sobre todo: 1.a La falta de laboriosidad del obrero en España. La mano de obra española — se nos dice — no posee un éthos del trabajo; su rendimiento es inferior, increíblemente inferior a lo normal. Y para demostrarlo se esta­ blecen comparaciones con los obreros de otros países; se nos citan estadís­ ticas y se refieren casos concretos y recientes. De lo cual se deduce — o se deja entrever por lo menos — la conclusión práctica: No hay obligación de pagarles salarios elevados; o también: Demasiado cobran, por poco que se les pague. Mas he aquí que nuestros obreros son conscientes de esta situación; por eso sacan prácticamente otra consecuencia: Puesto que no nos pagan mucho, trabajaremos poco. Y así caemos en el círculo vicioso, puesto que partiendo de la insuficiente remuneración, se va al rendimiento deficiente; y arrancando de éste, se va a parar en aquélla. ¿ Cómo romper este círculo ? ¿ Cómo resolver esta dificultad, que se muerde la cola, como dicen los castizos? Teóricamente la respuesta es fácil:' Llevar la justicia a la misma relación jurídica laboral, es decir: que el patrono esti­ pule salarios justos y el trabajador asegure rendimiento normal ya en el mismo establecimiento del contrato de trabajo, y después ambos cumplan lo esta­ blecido. Prácticamente, existen muchas y variadas medidas para cada caso; gran parte de ellas están llevándose a la práctica en esta primera quincena de noviembre por iniciativa del Gobierno con una serie de prescripciones legales de carácter social, adoptadas después de maduro y detenido examen. 2.a La segunda excusa u objeción es más grave: se apoya en el hecho de que «la mayor parte de las Empresas españolas no pueden pagar jornales tan elevados».

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