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62 £ / apostolado de Ia palabra nístico que qu ed a bajo la influencia del tiem po y el espacio (5). P o r lo m ismo, en cu a n to elem ento de civilización y cu ltu ra, está sujeta en gran p arte a las variaciones e influencias históricas y am bientales. De aqu í que la p alab ra, en la m edida en que se convierte en kerygma, diga una relación no sólo m etafí­ sica. sino también histórica, con la cu ltu ra. En consecuencia, se establecerá en tre am bas una dependencia m u tua, que, fuera del cam po de la m oral, será regida inevitablem ente po r el peso de la fuerza mayor. Q uiere decir, p o r ta n to , q u e — hasta dond e las circunstancias históricas, literarias y éticas lo perm i­ tan — la p alab ra h ab rá de ad ap tarse al am b ien te cu ltu ral de la época. Esta ley de ad ap tación es ley eterna de progreso. En concreto supone un a especie de co n co rd ato en tre la cu ltu ra div in a de la revelación y la cu ltu ra teológica y eclesiástica deducidas de la m isma, con la m en talidad de los hom bres de cada época. El prob lem a que así se p la n tea merece la pena, especialm ente desde el pun to de v ista de la ad a p ta ció n de la teología y de sus m étodos didácticos, y de la transm isión del mensaje reve­ lado a los fieles m ediante la predicación. La frecuencia y la violencia con q u e se viene p ro pon iendo d u ran te los últim os año s nos ofrecen bu en a pru eb a de ello. C ierto que no se puede ir a él con ingenuidad ni con la esperanza de o fre­ cer soluciones atrevidas e inm ediatas d e consistencia suficiente. No se tra ta d e e n c o n trar una d roga cu ra lo to d o con que resolver la grave cuestión que p lan tea el abism o ab ierto en tre la función p ráctica y la especulativa de la teo logía. La P astoral no es tan expeditiva com o la farm acia. Y aun q u e pu ­ diésemos señalar unos cu an to s medios m ás o m enos ad ecuados p ara a d a p ta r m u tu am en te la cu ltu ra y el kerygma, y hacer fácil el recto uso de la teología en el apo sto lado , no log raríam os que todo s los p redicado res supiesen expli­ carse inm ed iatam ente com o F u lto Sheen. E sto no quiere decir que renunciem os a la tarea. P ero hace falta sab er de qué se tra ta y cuáles son las lim itaciones y las posibilidades con cretas qu e se nos ofrecen d en tro del cam po de la ad ap tación del kerygm a. T en iendo siempre en cuen ta que esta ad ap tación no puede realizarse en su dim ensión ideológica — en cu an to con jun to orgánico de doctrinas, principios y c o n ­ clusiones — , sino en su dim ensión literaria, es decir, en c u a n to ésta es su s­ ceptible de ser su stituida po r un estilo y u n a fo rm a de expresión que hagan más fácil su inteligibilidad en la conciencia de los fieles. Se tra ta de facilitar la encarnación espiritual de la d o ctrin a revelada en cada uno de los esp íritu s de esta segunda e incipiente m itad del siglo XX. (5) Sin caer en el historicismo, y supuesto su valor metafísíco. Y poniendo por encima de su valor humanístico su carácter religioso, por ley de subordinación directa, dentro del orden natural, en cuanto medio imprescindible de educación religiosa y de transmisión de la verdad dogmática y moral; y por voluntad expresa de Jesús, que confirma en concreto e! servicio de todos los valores creados al Reino de Dios.

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