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7 4 El apostolado de lapalabra rial. un acto de servicio en que se cum ple un encargo recibido de quien tiene au to rid ad p ara pedirlo o im pon erlo . A h o ra bien, el m inisterio en un sen tido am p lio que nos ag ra d aría ver acep tad o , es triple. C o rrespond e a una triple activ id ad : n atu ra l, cristian a y sacerdotal. A nte todo existe un a actividad n atu ra l que tiene su fund am en to en el hecho de la creación e in teg ra el concepto m ismo de creatu ra. E sta activ idad es un m inisterio, po rqu e expresam ente se la im puso D ios al hom b re com o m isión p ropia. Y tiene po r fin d esarro llar y embellecer la creación en tera, des­ b ro za r la realidad, p a ra que a través de ella vaya apareciendo ca d a vez más clara la imagen de D ios y las c ria tu ras revelen en la m ayor perfección posi­ ble los atrib u to s de la divinidad. Y es un m inisterio sag rado. P orque, aun p res­ cindiendo de la elevación al o rden sob ren atu ral, sería un im p erativo de la ley n atu ra l con trascendencia espiritual y religiosa. Y al ejercitar tal m iniste­ rio, cum pliría una especie de cerem onia de ese rito cósm ico de la litu rg ia u n i­ versal p o r la que el hom b re está obligado a ofrecerlo to d o a D ios, en c u a n to jefe de la creación m aterial. Ju n to a esta actividad, y p o r encim a de ella p o r razón de su fu n d am e n to y de su m isión, está la activ idad cristian a. El fund am en to de la actividad cris­ tian a es el bautism o. P o r el b au tism o qu ed a el hom bre ag regado al C u e rp o de C risto y qu ed a tam b ién con la obligación de ag regar a ese C u erpo — en cu a n to esté de su p arte — al universo entero. El ob jeto y fin de la activ idad n a­ tu ral se con creta. Y a no sólo han de revelarse los a trib u to s de la d iv in id ad a través de las cosas, sino principalm ente se h an de m anifestar en C risto, que es la verdadera y perfecta imagen del P adre. En C risto, p o r el cual y en el cu al to d o subsiste. El cosm os le pertenece, p o r derecho de n atu raleza y de c o n ­ quista, y el bau tizado debe tra b a ja r p ara hacer efectivo ese dom in io del V er­ bo E n carn ad o h asta lo g rar así la plenitud, el pleroma de C risto. C a d a d ía debe ir com pletándo le y edificando su cuerpo con su trab a jo sobre la m ateria y sobre las almas. Y la actividad resu ltan te es sa n ta y de suyo so b re n a tu ra l; un a acción m etafísicam ente arraig a d a en C risto y un ida de suyo a la gracia en el presente o rden sob ren atu ral. U ltim am en te existe u n a actividad sacerdo tal que viene a ser perfección y co ro n am ien to de las an terio res. C risto , com o m ed iado r y sacerdo te eterno, fué el prim ero en ejecutar este m inisterio de coo rd in ación en tre el cielo y la tierra de m odo perfecto. El fund am en to de esta activ idad m inisterial del.sacer- dote, ap licándo lo ya a la predicación, es d o b le : rem oto , la recepción del sa­ cram en to del O rd en ; próxim o, la transm isión a u to rita tiv a p o r el que se le confiere un cierto g rado del poder de C risto. Es la m isma activ idad y la m ism a m isión de C risto, salvadas las diferencias que im pone su n atu ra lez a d iv in a, su perfección y su je ra rq u ía. Se hace externa y socialm ente sensible y m ani-

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