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P. Juliode Amaya, O. F. M. Cap. 73 sensible, de su com pren sión y de su c u l tu r a ... ¿Puede esto ac a b a r co n la eficacia de la predicación? N o , p o rqu e hem os q u ed ado en que es un ca rism a y en que los m inistros de la p alab ra recibirán siempre el influjo del E sp íritu . P o rq u e ese influjo le m overá a utilizar los m ismos m edios y técnicas p a ra el servicio del mensaje c r is tia n o .. . P ero puede ac a b a r con su optim ism o y c re ar un am b ien te d erro tista que h aga ten er en m enos el m isterio sacram en tal de la p alab ra al servicio del Evangelio. Y , a p esar de todo , al fin ha de q u ed a r la experiencia de que la g racia de C risto es cap az d e p en e trar to d a estru c tu ra literaria, económ ica o social. Basta u tilizarla con esp íritu de fe. P o rqu e si se h a dicho que «b asta un ru ise ñ o r p a ra an im ar un p arq u e do rm ido» , podem os p aro d ia r que b astaría un a p ó sto l con fe p ro fu n d a p a ra llevar el m u ndo a C risto. Al m argen de estas fórm ulas, que nos ayudan a en cu ad rar ascética y te o ­ lógicam ente el m isterio de la palab ra, se pod rían tra ta r o tras cuestiones: p re ­ d icación y arte, predicación y o rato ria , predicación y liturgia, etc. Sin d e te ­ n erno s en ellas, podem os decir que la predicación actual, en tra n d o un p o co m ás q u e lo h a estado en los últim os siglos po r los cauces lím pidos del E v an ­ gelio y p o r los de su p ro p ia n aturaleza carism ática, m isteriosa y sacram en tal, busca atenerse al hom b re y a la circunstancia. P o r tal m otivo, y con to d o derecho , rechaza fórm u las antiguas que quisieran p e rd u ra r com o eternas. Sin p erd e r de vista a la técnica general o rato ria , asim ilad a de los au to res p ro fano s m ás antiguo s, cuya eficacia p o r su valores de construcción lógica y psicoló­ gica se ha m o stra d o a lo largo de m uchos siglos, la predicación actual conserva especialm ente los valores psicológicos, uniéndolos a los literarios y a un c o n ­ ten id o denso y claram en te expuesto. Busca sinceridad y tra ta de e n c o n tra r u n a técnica ad a p ta d a, un a nueva fo rm a que perm ita la expansión de la v er­ d ad , sin ten erla a ta d a a cauces qu e qued an estrechos p ara la com pren sión de los hom b res de hoy. P ara ello h a rá falta co n stru ir u n a sociología religiosa d e la predicación, tem a sugestivo en extrem o qu e tend ría excelentes resu lta­ do s y ofrecería ventajas incalculables p ara las nuevas prom o cion es de m inis­ tro s del Evangelio. IV LA P R E D IC A C IO N C O M O M IN IS T E R IO S igam os ad e n trán d o n o s en el p rob lem a y am p liando sus fórm ulas. Al de­ finir la pred icación , hem os ind icado que la fo rm alidad específica del a p o sto ­ lado de la p alab ra es la m isión. E lla es la causa form al, lo que esencialm ente la distingue de to d a o tra fo rm a de lenguaje. Se tra ta de una actividad m in iste

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