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P. Leantlro de Bilbao , O. F. M . Cap. 41 Este socilogismo ab so lu to originó un ateísm o tam bién ab so lu to y ob lig a­ to rio . D en tro del vasto p anu rgism o del rebaño , no se p erm ite a los em an c ip a­ dos de la R usia nueva seguir librem ente sus creencias. Lenin estab leció rígido el principio de que la religión es esencialm ente individualista, a c om o d a d o a egoísmo de los burgueses, in teresado del éxito personal. En los com u n istas, la religión es sólo to lerad a en cu a n to pued a reducirse a un interés co lectivo , lo que equivale a la negación de la m isma, a su identificación con el p a rtid o , p o r lo que to d o m ilitante en el p artid o no puede ser más qu e un ateo com un ista. N o creo qu e n inguno de m is lectores necesite de m uchas pruebas p ara convencerse de la in to leran cia del com unism o en m ateria religiosa. Su ateísm o es un hecho universal. «La base filosófica del m arxism o es el m aterialism o dialéctico, a b s o lu ta ­ m ente ateo y vio len tam en te hostil a la religión. «La religión es el op io del pueb lo», dice M arx , y este ax iom a es la piedra angu lar de to d a la filosofía m arxista en m ateria de religión.» (Lenin.) «El p a rtid o no puede ser neutral en m ateria de religión. Los com u n istas que dificultan la p ro p ag a n d a antirreligiosa no p o d rán p erm anecer en las filas del p a rtid o .» (Stalin.) En el III Congreso p an ru so de la Liga de Jóvenes Com un istas p ro clam ó L enin: « P a ra n o so tro s, la m o ralid ad está su b o rd in ad a a los intereses de la lucha p o r la clase p ro letaria.» «Es m oral lo que coincide con los intereses de la revolución del p ro letariad o .» (Yaroslavsky.) En estos últim os térm inos h ab la to d a la filosofía p ragm a tista n o rteam eri­ can a. L a diferencia está en el genitivo que se beneficia de la u tilid ad : ¿em presa p riv ad a o em p resa co lectiv a? P ero la filosofía es la m isma. El gesto de «las m asas» com un istas es deliberadam en te ateo. Se niega a D ios p a ra afirm ar dogm áticam en te el m aterialism o. «Si hu b iera de predicarse en nu estras filas el desinterés, no h ab ría más rem edio que licenciar nu estro p artid o , que se ap o y a sobre intereses a satisfacer y que se g lo ria de ser el p a r­ tid o del vientre.» (Guesde.) «Los pro letario s son egoístas, b ru talm en te egoístas; qu ieren d isfru tar d e la vida y no lo o cu ltan . Sufren el enérgico em puje d é lo s in stin to s volun­ tario s.» (Jau rés.) En este sentido, los socialistas de los siglos X IX y XX han ido más lejos que n ad ie: han declarado que «no son ascetas» y que «el p ro ­ blem a social es sólo un a cuestión de estóm ago» (6). El p a rtid o com un ista, que en nuestros días parece ceder a un a to leran cia oficial de las religiones, en realid ad procede a un a intensificación de su ateísmo en trañ ab le. N ico lás K ru ch ev d a al p artido un a o rd en an za p o r la que exige (6 ) R . G o n n a r d : O. c., p. 353.

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