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34 El cristianismo y las masas d iscu sión ; pero sí creo p o d er afirm ar que la posible cu ltu ra n o rteam erican a es una cu ltu ra de «m asas». N o sé lo que será la vida de la sociedad m oderna cu a n d o trasp ase los inciertos linderos de la inseguridad presente, cu ando la cuestión social se h ay a resuelto y las m asas en tren d en tro de la no rm alidad a c om p a rtir la vida pública con los dem ás sectores de la n ación ; pero yo creo que la vida pública n o rteam erican a nos an ticip a con bastan te fidelidad la fu tu ra realid ad social. El orden social resu ltan te del arm isticio en tre el capi­ talism o y «las m asas» se ap rox im ará m ucho al m ódulo am ericano. El m ism o p ensam iento filosófico no ha tenido el d esgarro de distanciarse de «las m asas» . En N o rteam érica triun fa la filosofía más afín y co n a tu ral a «las m asas». U n a filosofía cóm oda, sin grandes sobrecargas m etafísicas, hecha a la m edida de la sociedad, que se desvía con to d a n atu ra lid a d del alto pen­ sam ien to , b u scando lo fácil y lo p ráctico p ara el éxito com ercial, indu strial o financiero. L iliam Jam es es uno de los pensadores am ericano s más universalm ente reconocidos. P ara este preem in ente pen sado r, com o p ara Peirce, Devvey y Schiller, la verdad a b so lu ta no existe, pues la verdad no es más que lo útil. Es verdad to d o lo que sea ventajoso. El hom b re no está al servicio de la ver­ d ad , sino que es la supu esta v erdad la que debe servir al h om b re; y desde el m om en to qu e debe, si no puede p resta r este servicio útil, no existe com o ver­ d ad . L a verdad es un m ero fac to r de éxito; la experiencia es lo único que la determ in a. Jam es llam a a su sistem a «em pirism o radical» (3). AI to n o fu n d am e n tal de la reclam ación social de «las m asas» puede res­ p o n d er un cristian ism o pu ro , y sería la revolución ideal y posible. P ero si hem os de p ro y ectar h acia el fu tu ro las actuales modificaciones que «las m a­ sas» van im pon iendo en la vida pública m oderna, no hay d u d a que al sentido hedónico p rivativo de «las m asas» responde m ejor el m ódu lo am ericano que el soviético, y p o r eso creo que la sociedad fu tu ra posiblem ente conserve más elem entos del prim ero que del segundo. Las g randes políticas con tem po rán eas, ta n to dem ocráticas com o d ic ta to ­ riales, co rrespond en a políticas de «masas». T odas traen su gesto p ro p io y to d a s van haciendo el m undo fu turo , y po r ello nos interesa conocerlas en el p la n o religioso si qu erem os ac erta r algo en nuestro diagnóstico, a u n q u e no sea m ás que p o r aproxim ación. La crueldad soviética interesa ta n to com o el p ragm atism o no rteam eri­ cano , y éste ta n to com o el gesto imperial del fascio o del racismo. El descono cer la verdad ab so lu ta y no adm itir m ás que la relativa, nacida de la conveniencia es negar a la vida to d o servicio y dedicación a fines que (3 ) J a o A m e a l: O. c., p. 107 ss.

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