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P. Carlos de VUlapadierna, Prof. de Sagr. Escritura. León 19 S em inario s e In stitu to s religiosos, d ond e no se puede d a r con la m ism a am ­ p litud qu e en las F acu ltades de Teología y en los In stitu to s especializados (8). D espués de un a breve in trodu cción , dond e se alude a los esfuerzos de L eón X III y los o tro s Pontífices p a ra que «en los Sem inarios y colegios reli­ giosos, los estudios de S agrada E scritura sean tenidos en su ju sto h o n o r y flo re z c a n— com o escribía el P ap a León X III, de inm o rtal m em o ria— , y que las D ivinas L etras se enseñen en ellos de u n a m an era ad ecu ad a a la im p o r­ ta n cia de esta C iencia y a las necesidades de nu estra época», se divide la Ins­ tru cción en tres p artes: en la p rim era se h ab la de las cualidades m orales y científicas que debe a d o rn a r al p rofesor de S ag rada E scritu ra; la segunda tra ta de la m an era de enseñar la S ag rad a E scritu ra; en la tercera se d an co n ­ sejos y no rm as p a ra llevar a efecto las aspiraciones del P ap a y la Com isión Bíblica. A los profesores de S ag rada E scritu ra m and a que se entreguen con alm a y corazón a estos estudios, p a ra lo cual los P relados deberían d escarg ar­ les de o tro s m inisterios, por santos y nobles que sean. Las explicaciones en clase han de ser preferentem ente doctrinales, hechas de un a m anera suficientemente m etódica, sólida y com pleta, ten iendo siempre com o finalidad « sum inistrar a sus alum no s to d o aquello que les h a g a falta en el fu tu ro trab a jo sacerdotal, ta n to p ara su san tid ad person al com o p a ra g a n a r las alm as a Dios». P o r eso, com o tem as de sus lecciones, el p ro feso r escogerá los «pun to s más im portan tes, in sp irándo se, no en sus p ro p io s estudios o en sus aficiones, sino considerando con cu id ad o el interés de sus alum no s, qu e deben ser predicadores de la P ala­ b ra D ivina». En cu a n to a la m ateria, p ropon e la Instrucción que se p rocure d a r introducción especial, arg um en to , fin, a u to r y fecha de cad a lib ro ; y en la exégesis del A ntiguo T estam en to , a ñ a d e a lo an terio r la enseñanza sob re los orígenes del género hum ano . Con los alum no s m ás aventajados, el profesor te n d rá cursillos especiales, y, adem ás, debe vigilar las hom ilías que han de p red icar los alum no s de Teología. En las bibliotecas de colegios y Sem inarios estarán las ob ras de los grandes in térp retes católicos, de Teología bíblica, de A rquelog ía y de H isto ria S ag rad a, enciclopedias y diccionarios bíblicos y las revistas de ciencia bíblica. Y, en fin, con ob jeto de favorecer los estudios bíblicos au n después de term in ad a la ca rre ra , en los exámenes trienales o quinquenales, y a sean sacerdotes o religiosos, y en las conferencias que regu­ larm en te deben tenerse sobre cuestiones de m oral o liturgia, se incluirán tam ­ bién cuestiones de S ag rad a E scritura, a te n o r de los cánones 131 y 591. Si todo s los profesores de E scritu ra tuvieran en cu en ta las sabias o rien ta­ ciones de Pío X II en la Divino afflante Spiritu y en esta In strucción de la P on ­ tificia Com isión Bíblica, y se entregasen de lleno al estud io del Texto S ag rado, (8) EB., p. 583.

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