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14 Proforistica de tos nuevos avances bíblicos 1) T ra ta r asun to s que prom uevan la sólida instrucción de los alum ­ nos y la vida moral y ascética. 2) Se elijan los o rado res más aptos. 3) Los cuales a su vez se hagan cargo de las condiciones científicas y espirituales del aud ito rio . 4) Los asun to s han de tratarse, no p o r el m étodo polém ico, de difi­ cultades y dudas, sino expon iendo positivam ente las cosas, cla­ ras y bien averiguadas. T o d as las condiciones enunciad as tienen sum a im p o rta n cia ; pero la ú lti­ m a encierra, si cabe, m ayor, po rqu e o rd in ariam en te en los círculos el d irecto r tiende a polem izar d em asiado, exponiendo las dificultades, las d u d as y ra z o ­ nes de los que n iegan; y esto es mal m étodo, pues la experiencia enseña que las dificultades se g rab an más y m ejor que la d o ctrin a positiva. P o r eso es necesario que el d irecto r de los círculos se ingenie de tal m odo que, d a n d o en p rim er lugar la d o c trin a au tén tica y positiva, fu n d ad a en sólidas razones, mezcle de cu ando en cu ando las objeciones de los enem igos; pero de tal fo r­ m a que, al p ropon erlas, ya tengan los alum no s el m aterial suficiente p a ra ju z g arlas y rechazarlas. Será muy útil, p o r no decir necesario, antes de tra ta r tem as bíblicos, iniciar a los oyentes en la d o c trin a de la inspiración. Así los estud iantes se verán libres de la tentación de asim ilar los L ibros S ag rados a los lib ro s de la antigü edad clásica. Es en los círculos dond e se puede ya tra ta r — siempre con p rud en cia, com petencia y piedad — la cuestión de la arm o n ía en tre los d ato s de las ciencias positivas y n atu rales y los pasajes y n arracion es de la Biblia. Hemos de p ro c u ra r no erigirnos en cam peones de hipótesis científicas, sino sim ple­ m ente m an ifestar fríam en te el p u n to de vista bíblico. Así, p o r ejemplo, a la cuestión del tiem po en que el hom b re apareció sobre la tierra, se puede res­ p o n d er de dos m an eras: 1) T iem po que ha pasado en tre la form ación de la tie rra y la aparición del p rim er hom bre. Según la Biblia, el hom b re en tró en escena el día sexto. Según las ciencias, m illones y billones de año s h ab rían tran sc u rrid o en la form ación del globo terrestre y la ap arición del hom bre. ¿C óm o arm o n izar estos dos p un to s de vista tan o p u esto s? A quí e n tra la la b o r del d irec to r del círculo p a ra exponer el m arco artificial, sim bólico, lite­ rario de los seis días, y, p o r ta n to , no existe con trad icción alguna. 2) ¿Q u é in terv alo nos separa de n u estro prim er p ad re ?