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P. Rainerio de Nava, O. F. M . Cap. 249 frente a la adm isió n de un D io s trascendente que se inm iscu ya en el g o b iern o de m undo. D io s , hoy, es un m endigo que llam a a todos los có d ig os nacionales e in te r­ nacionales, buscando inútilm en te un texto que le sirv a de techo dond e cobijarse. 2) Ideas que prepararon el ateísmo actual. L o s acontecim ientos se d e sarro llan en las regiones del esp íritu antes de plas­ m arse en la re a lidad exte rio r de la histo ria. L a re b elió n actu al co n tra D io s y su d om in io en el m undo es efecto de una a ctiv id a d dem oledora, llevada con tenacidad digna de m ejor causa p o r personas relevantes en el pensam iento, desde m ediados del sig lo pasado hasta nuestros días. N o querem os d e cir que hasta el ú ltim o tercio del sig lo X I X no hayan existid o ateos. Siem pre existieron , p o rq u e siem pre hub o hom bres soberbios, y en ú ltim o térm in o el ateísm o es la m an ifestació n cum bre de la soberbia hum ana, siem pre re fra cta ria a la sum isión, aunque se trate de un ser trascendente. D esde el R e n acim ie n to el hom bre y a siente poca em o ció n cu an d o se le repite co n lo s Padres que p o r su filia c ió n d iv in a y e levación al ord en so b ren atu ral «se dig n ifica, se engrandece y adquiere preem inencia sobre to da cria tu ra» . L a s brisas paganas del clasicism o le hacen replegarse sobre sí m ism o y le presentan la co n sid era­ ció n de sus p ro p ia s excelencias com o alg o suficiente para co nseguir la felicid a d sin ayu d a de agentes extram undanos. E ste germen de n a tu ralism o rebelde encuentra después am biente ap ro p ia d o para su d e sarro llo en el e sp íritu criticis ta y sujetivo de los protestantes que ponen la re lig ió n en m anos del hom bre y bajo su c o n tro l personal. Sigue su curso de lib e ra ­ ció n de la tutela d iv in a avanzan do p o r lo s carrile s del pensam iento ra c io n a lista que late bajo las bases del sistem a cartesiano. Y lo s enciclopedistas y la re v o lu ció n francesa n o son m ás que tem porales explosiones de esta co rrien te n a tu ra lista que fluye cad a vez m ás a rro lla d o ra a través de la h isto ria contem poránea. Pero la d ife re n cia fu ndam ental entre nuestros tiem pos y lo s anteriores radica en lo siguiente: H a s ta fines del sig lo X I X , el ateísm o, aun en sus p eríodo s m ás crudos, se m antiene en las altas esferas, en lo s pensadores y gente de alg una cu ltu ra. E n cam bio , en nuestros días son las masas las que se sum an en trom b a a la co rrien te de ateísm o y fu ro r an tirre lig io so . Esta lam entable am p litu d y aum ento de v iru le n cia es o b ra de tres corrientes del pensam iento contem poráneo. L a izq u ie rd a hegeliana tra n sfo rm ad a a l pasar p o r lo s cerebros de F au erb a ch N ie tzsch e y M a rx , el p o sitiv ism o de C om te y el e xistencialism o ateo de H eideguer, S artre y C am us. E n algunos de estos pensadores la reb eld ía co n tra D io s llega a m anifestaciones de so b e rb ia desconcertantes. a) Feuerbach. — T o d o el pensam iento de F eu erbach g ira en to rn o a este ra zo n am ie n to : L o m ejor que posee e l hom bre lo objetiva, lo co ncentra en un ser ajeno a él. P e ro a l cre a rlo el hom bre se em pobrece. L o que se ha d ado a D io s se q u ita al hom bre; p o r eso el D io s cristia n o , p o r ser el m ás perfecto, es el que m ás roba, el que m ás daño le hace, es su p e o r enem igo (1). Consecuente co n estas ideas des­ tructoras, F e u erb a ch insiste en que hay que v o lv e r al hom bre lo que se ha dado a D io s , que el ú n ico D io s del hom bre es el hom bre m ism o. b) Marx. — F eu erbach tuvo m ucho s discíp u los. U n o de lo s m ás influyentes, si n o el p rim e ro , fué M a rx . L a fu n ció n de M a r x dentro de esta fo rm id a b le cam paña del ateísm o c o n stru ctiv o de lo s filó so fo s alem anes fué lle va r estas especulaciones filo só fica s a la re a lid a d h istó rica , a las masas. «H asta a q u í lo s filó so fo s n o han hecho m ás que in te rp re ta r el m u n d o ; se trata ah o ra de tra n sfo rm a rlo » (2). (1) H . de L ubac , El drama del humanismo ateo (M adrid, 1947), 28. (2) N . Berdiaev, Les sources et le sens du communisme russe (París, 1938), 221.

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