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248 El naturalismo frente a la concepción cristiana de la vida sidades, de las escuelas, de la fam ilia , de la adm in istra ció n , de la ju sticia , de la ac­ tiv id a d legislativa y de la inte lig e n cia de lo s pueblos. L o s num erosos sín tom as n a tu ralistas que describe el P apa podem os re d u cirlo s a dos que son las bases antes in d ica d as del n a tu ralism o : la negación de Dios y la proclamación de una moral inmanente. V am o s a e xam inarlas co n un poco de deten­ ció n. Señalarem os a l m ism o tiem po lo s p rin cip a le s factores ide o ló g ico s que gobiernan esas m anifestaciones n a tu ralistas de lo s hom bres de hoy. A ) L a negación de Dios. I) El hecho. L a s p a lab ra s del epígrafe son textuales del Papa. M u c h a s veces ha puesto en gu a rd ia a la c ristia n d a d co n tra este pe lig ro caracte rístico de nuestro tiem p o que co n ­ siste en la defección re lig io sa en masa. H a d ic h o tam bién que estas defecciones, desconcertantes p o r lo num erosas, son o b ra del ateísm o m ilita n te, que lle va su cam paña de secu larizació n de lo s corazones co n u n tesón y unos m edios de ca p ­ tació n e xtra o rd in ario s. P e ro las alu siones esporádicas, aunque extensas y cla ra s en v a rio s discursos, no le parecieron suficientes p ara atajar el em puje fo rm id a b le de la lu ch a co n tra D io s , y p o r eso, en 1952 p u b licó una e xh o rta ció n a p o stó lica d irig id a a to d o el m undo pid ien d o oraciones p ara m o d e ra r lo s estragos del ateísm o: « N o s causa h o rro r — dice el P a p a — tener que re fe rir este d e lito , pero N o s es im p o sib le ca lla r...; en lo s tiem pos actuales se in tro d u ce y se ensaña c om o enferm edad v iru le n ta p o r casi todas las partes de la tierra, pero sobre to d o en algunas regiones, a causa de la co n ­ ju ra c ió n levantad a co n tra el Señor.» Y p a ra que nadie ignorase a dónd e se d ir i­ gían sus tiros, dice abiertam ente: « N o s referim o s a l ateísm o, m ás aún, a l o d io co n tra D io s » (1). L a solem ne denuncia del P a p a está am pliam ente co n firm a d a p o r las repetidas am onestaciones de lo s m etro p o litan o s de casi to d o el m u n d o a sus fieles poniénd o les al ab rig o de ser v íctim a s de las cam pañas ateístas. E n esas cartas pastorales c o le cti­ vas podem os espigar abundantem ente frases com o estas: « L o s hom bres tratan de v iv ir sin D io s y de m o d e lar el m u n d o sin respeto a su ley a y sus derechos» (2). L a causa que am enaza al m u n d o es la irre lig ió n , la com p leta negación y la repulsa de D io s to do p ode roso » (3). «¿ Sabéis cu á l es el m ás im portan te y m ás fa ta l aconteci­ m ien to de nuestro tiem p o ?..., e l ale jam ien to del hom bre de su D io s, y esto com o fenóm eno general» (4). T ale s citas p o d ría n ser aum entadas con o tro s m uchos testim onios de persona­ lidades eclesiásticas y de grandes pensadores c a tó lico s actuales: M a u ria c , C la u d e l, A ra n g u re n , etc., pero lo creem os innecesario después de las p a lab ra s inequívo cas del Papa. T am b ié n creem os innecesario re co rd a r las luchas casi d ia ria s que sostiene la Iglesia en m uchas naciones — F ra n c ia , B élg ica , Inglaterra, lo s países del «telón de acero» — p ara n o ceder a las exigencias de go b ierno s de e sp iritu a lid a d laica que abogan p o r la fo rm a ció n n a tu ralista de la ju ventud. E sto s datos son m uy reveladores. S in p ro fu n d iza r en la entraña de nuestra so­ ciedad, só lo co n lo que aflo ra a la superficie vem os la a ctitu d de ab ierta repulsa (1) Ecclesia , I (1949), 202. (2) Carta colectiva de los metropolitanos de Nueva Gales. Ecclesia, I (1952), 3. (3) Carta colect. de los Obisp. alemanes. Ecclesia, II (1952), 432. (4) Carta pastora! colect. de los metropoli, de Colombia. Ecclesia, I (1953), 253.

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