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P . Feliciano ele Ventosa 1 3 9 cisco, ideales que latían debajo de las ropas preciosas del hijo de Pedro Bernardone. Un día, nuestro joven se pone en camino hacia el sur de la península con la ilusión de ponerlos por obra. A l llegar a Spoleto le habla una voz. Mudanza en el alma de Francisco. Cae en la cuenta de que su misión en la vida es llegar a ser caballero de Cristo. Resumiendo su análisis escribe L . Casutt: «Questo avvenimento rappresenta la svolta ( i j ) nella vita di Fran= cesco. In una indagine sulla evoluzione del suo ideale non si può trascurare questo importante momento: da esso infatti dipende tutto lo sviluppo futuro. A che cosa aveva sempre aspirato Franceso fino al giorno in cui gli era apparsa quella visione notturna? In definitiva soltanto a una cosa: diventar cavaliere. Dovrà egli rinunciare per l'avvenire a questa sua meta? Niente affatto, poiché vuole da lui una cavalleria spirituale » ( 14 ). Aquí hace punto final el análisis histórico=psicológico que L . Casutt nos da del alma de Francisco. Sustancialmente toda la vida futura de Fran= cisco girará en torno a su propòsito juvenil: «Comienzo a ser caballero de Cristo.» L . Casutt, que se ha servido de la psicologia para interpretar la decisiva svolta juvenil de Francisco, que de la noche a la mañana mudó a éste de caballero humano en caballero a lo divino, no ha tenido en cuenta que la misma psicología ensena ser el ideal, como el horizonte, que cuando más se asciende más se agranda. Efectivamente, podemos considerar la svolta de Spoleto como el principio de una nueva vida en Francisco; brota en aquella noche entre las maravillas del ensueño la idea límpida de ponerse única y exclusivamente al servicio de Cristo como caballero espiritual. Pero querer leer toda la complejidad de la rica espiritualidad posterior en aquellos aIbo= rozos juveniles, lo creemos poco acertado. E l alma de Francisco, en continua ascensión hacia Dios, iba viendo nuevas y sorprendentes visiones que enrique= cían paulatinamente su ideal juvenil. Todo este enriquecimiento maravU lioso del alma de Francisco, el mejor legado que tenemos su legión de po= brecillos, no puede ser valorado a la luz tan sólo de los exultantes entusiasmos del joven Francisco, ebrio de gozo por sentirse caballero de Cristo y heraldo del Gran R ey. Esta falta de perspectiva al examinar el desarrollo íntimo del alma de Francisco, dañará siempre a la interpretación que se haga de su espí= ritu y de la espiritualidad que ha legado a su orden. Y , sin embargo, L . Casutt entra de lleno por este camino. En efecto, L . Casutt hace girar en torno al cambio decisivo de la noche de Spoleto, en torno a su famosa svolta, las mejores vivencias del alma de Fran= cisco, y de aquel cambio deriva las principales características de la espiritua= lidad siete veces secular de la orden. Las virtudes más propias e histórica» mente reconocidas como las más franciscanas: pobreza, humildad, obediencia, son tenidas por L . Casutt como transposiciones a lo divino de las virtudes peculiares del caballero medieval. En la actitud del jinete para con sus cole= gas y su caballo quiere leer el sentido de fraternidad que ha impregnado siempre a la orden en su vida y en sú régimen. Finalmente, la actividad de la orden, con su característica audacia y sentido de la improvisación, le parece un reflejo de la vida del caballero. (13) E l subrayado es nuestro. (14) O. c., p. 29.

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