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íJ. I"e lu y o d e Z a m a y ó n 115 de! capitalismo, estigmatizados por los dos referidos Papas, y que pueden reducirse a estos diez: 1. El desmedido afán de lucro individual y egoísta, tomado como prin= cipio supremo y casi único de la actividad económica. Formularon este principio y le dieron fuerza en la práctica el liberalismo económico y el utilitarismo amoral — prácticamente materialista— , que cierran los ojos al bien común y a los valores de orden superior, hasta crear el homo oeconomicus de la escuela de Manchester. Esto es llevar más allá de los límites justos el afán de ganancia, el cual puede ser gran protector del trabajo y de la in= dustria, cuando está debidamente encauzado ( 9 ). 2 . La plutocracia o acumulación de las riquezas en manos de unos pocos teniendo en frente la inmensa muchedumbre de proletarios que viven en la miseria, sin poseer otra cosa que la capacidad de trabajar. Esto depende de varias concausas, entre ellas de la creciente industrialización y del ma= quinismo, cuyos frutos, el liberalismo manchesteriano, dejaba totalmente en poder de la libre concurrencia; de donde venía a resultar la triste pirá= mide social, tan execrada por Marx y sus secuaces, no sin razón, a saber: Los ricos, cada vez más ricos y menos en número. Los pobres, cada vez más pobres y cada día más numerosos ( 10 ). 3 . Los frecuentes casos de usura, es decir, ganancia exagerada, que se disimula con varios medios, v. gr.: fingiendo un aumento de capital que no existe (el watering of stock de los ingleses) ( 11 ). 4 . La dictadura económica de algunos hombres, los cuales, acumulando en sus manos la administración de varias sociedades por medio de las lla= madas compañías de control, someten la marcha del mercado y de la produc= ción al servicio de sus propios intereses. «Estos potentados — dice explícita* mente Pío X I — son extraordinariamente poderosos, cuando dueños absolu= tos del dinero gobiernan el crédito y lo distribuyen a su gusto; diríase que administran la sangre de la cual vive toda la economía, y que de tal modo tienen en su mano el alma de la vida económica, que nadie podría respirar contra su voluntad» ( 12 ). 5 . E l oculto dominio del dinero de los grandes capitalistas sobre el poder político y el gobierno de naciones enteras, mediante la prensa, los emprés= titos y el apoyo económico a los partidos hasta alcanzar el poder público e inclinar después la actuación de éste a su provecho ( 13 ). 6 . L a especulación desenfrenada de la Bolsa, echando mano muchas veces de medios injustos o, a lo menos, falsos, como los noticiones, los carteles, etcétera ( 14 ). 7 . E l exagerado proteccionismo (aduanas injustas) contra las mercan» cías extranjeras, para favorecer a ciertos monopolios y grandes trusts ( 15 ). 8 . E l internacionalismo o imperialismo internacional del dinero; vicio (9) Quadragesimo anno, n.° 54; Cantate Christi, n.° 3. (10) Quadragesimo anno, n.° 23; Divini Redemptoris, n.° 47 (11) Quadragesimo anno, n.° 40. (12) Quadragesimo anno, lì.0 39. (13) Ibidem, n.° 39. (14) Ibidem, n.° 54. (15) Quadragesimo anno, n.' 40; Cavitate Christi, n." 4.

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