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Una de las asignaturas de tal curso debería ser la legislación social espa= ñola, sobre todo, en su parte laboral. Le dan derecho a tal estudio su inspi= ración católica, su rectitud de intención, su precisión y amplitud, y, además, el hecho de que constituye la norma reguladora de los deberes y derechos positivos, que rigen la actividad laboral de los trabajadores. E l apóstol de los obreros no debe permitirse ni perm itir a los demás, en su presencia, críticas o burlas sobre alguna de esas leyes, a no ser que militen contra ella razones muy objetivas, fundadas y evidentes. 9 .a Este especial ministerio apostólico deberla ir acompañado de la bene= ficencia práctica. «Dádivas quebrantan peñas», asegura el conocido proverbio castellano. «Entonad — nos exhorta el Papa en su D iscurso varias veces citado— , ento= nad el himno de la caridad con cánticos y con obras» ( 3 0 ). Y en la Carta al Padre General declara: «La Iglesia..., con todos sus medios, tiende no sólo a iluminar con la verdad sus mentes (a los trabajadores pobres), no sólo a elevar sus ánimos con la esperanza y aliento de los bienes celestiales, sino a proveer, en cuanto está en su mano, las necesidades de la vida presente.» 10 .a Por fin, la autorización para el cumplimiento de la precedente norma, como la determinación de las circunstancias concretas, en que tal apos= tolado debe ejercitarse: Quiénes, cuándo, dónde, entre qué masas obreras... es competencia peculiar de los Superiores, en conformidad con lo enunciado en la norma primera. 132 Im p o rtan cia d e la cu estión so c ia l en nuestro apo sto lado C O N C L U S IO N De cuanto queda expuesto y demostrado en las páginas que anteceden me parece que puede deducirse como verdad demostrada: Nuestra Orden tiene la obligación de ejercer denonadamente el apostolado social entre las masas del proletariado porque la gloria de Dios lo requiere; porque la salvación de las almas lo reclama; porque la defensa de la Iglesia lo impone; porque la tutela de la Patria lo exige; porque el Sumo Pontífice nos lo encomienda. (30) Lugar citado, pág. 107. P or e l R . P. P ela yo de Z amayon , o . f. m. cap.

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