PS_NyG_1955v002n002p0081_0106

v o à im o o i o m e ta fis ic o e n la e s p ir itu a lid a d fra n cis ca n a S E G U N D A P A R T E A P L IC A C IO N C O N C R E T A D E L O S P R IN C IP IO S E S T U D I A D O S A L A R E A L I D A D D E L.A E S P I R I T U A L I D A D F R A N C IS C A N A EN S U S E J E M P L A R E S M A S G E N U IN O S Con estas ideas acerca del fundamento metafísico de la posición fran= ciscana ante el mundo, pasamos a ver el enraizamiento que tiene en ellas el desarrollo de la espiritualidad seráfica, la proporción entre los principios estudiados y las características históricamente reales de la misma. En la imposibilidad absoluta de agotar la materia y aun de mostrar por el momento una cosa relativamente completa, nos limitaremos a entresacar algunas virtudes que pasan por más peculiares en la vida del franciscano. Y todas, una tras otra, las iremos pasando por el tamiz de los principios filosóficos estudiados para ver si dan de sí lo que pretendemos: Unidad de características y relación de origen al ejemplarismo y al amor. Ejemplarismo y amor vendrían a ser en tal caso la explicación filosófica y vital de todo el franciscanismo. La esencia de esta espiritualidad. i. S entido de la patern idad de D ios y de la fratern idad un iv er sa l . Un derrame glorioso de subida poesía fué siempre en el corazón y en los labios del franciscano la palabra amorosamente dulce de «hermano». Pero tenemos que contener la pluma por no ser ahora nuestro fin cantar bellezas, sino estudiar moderada y seriamente la realidad de una vida. Y comenzamos por el Seráfico Padre. La primera ocasión en que aparece la devoción de Francisco por el Padre Celestial, es en un momento trascendental de su vida. En presencia del Obis= po de A sís , que lo protege, es desheredado por su padre, harto de las que él imaginó excentricidades o locuras de su hijo. Francisco le devuelve hasta las ropas que lleva puestas y hace a su vez solemne renuncia de la herencia de su padre. Entonces es cuando pronuncia las famosas y franciscanísimas palabras: Am odo... dicam libere Pater noster, qui es in caelis, non pater Petrus Bernardone, cui non solum reddo ecce pecuniam, sed integra vestimenta resigno. Nudus ergo ad Dominum pergam ( 4 9 ). (*) Para la cita de textos y datos materiales nos hemos servido en esta se­ gunda parte de la ya citada obra del P. B ussum . (49) Celano, Vita II, n. 12.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz