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P . Leandro d e B ilbao , O. F. M . Cap. 5 3 Siempre había sido la violencia el argumento último que restaba, des* pués de haber agotado todas las demás razones. No es este el caso de la con* ciencia en «las masas». Estas no recurren al garrote como último argumento, sino que es el primero y el único válido que formula el apetito. En toda la historia el hombre ha venido recurriendo a la violencia: unas veces, la violencia era pura arbitrariedad, y tenemos el crimen, que no nos interesa. Otras era el último recurso de defensa, que quedaba después de haber agotado todos los medios en la defensa de la razón o de la justicia, que se creía defender. La fuerza en estas circunstancias era la última razón que se usaba y que, intencionalmente por lo menos, era un reconocimiento de la justicia y de la dignidad ultrajadas. La violencia era un obsequio a la justicia, un rendimiento de la fuerza... Al hablar de «las masas» no se piense siempre en los obreros. Ha habido otras formas en las que «las masas», unidas políticamente por ideales raciales o de un nacionalismo exacerbado, con lujo de marchas militares y gestos elegantes, intencionalmente superiores..., eran masa..., no discutían, no les interesaba saber cómo pudieran pensar los demás, solamente les interesaba que los demás llegasen a pensar como ellos y realizar una acción de conjunto. «Las masas» no toleran a nadie que no sea de su caravana. Los que han vivido tolerados siempre en la sociedad, no toleran ahora a ninguno. El mundo es sólo para el hombre de la masa. A nadie debe extrañar este radicalismo; es consecuencia natural de la conciencia hermética que caracteriza a «las masas» y les conduce a la acción directa y violenta. Siempre que «las masas» han actuado en la historia ha sido en forma violenta e intransigente; no les interesa nada fuera de su propiaexisten cia. Este fué siempre su modo natural de operar. Hasta ahora, había sido su inter* vención casual y transitoria; ahora que su actuación es normal y perma* nente, han demostrado conservar la misma actitud; lo que descubre la honda raíz de donde arranca el gesto, la propia conciencia, la conciencia específica de «las masas». El Humanismo puso como medida universal: «Es bueno lo que con= viene al hombre...» «Las masas» actúan en la cultura de la misma manera. Todo lo adaptan a su estatura. Según la leyenda, Procusto observaba si el viajero hospedado era más largo o más corto que la cama. En el primer caso, le cortaba lo sobrante y en el segundo lo estiraba hasta dislocarle. Las masas no toleran más que lo recortado a su medida, lo demás no Ies interesa. II IND U STR IA L ISM O Y «MASA» A ( Prodeso de mecánica social. El factor decsivo de la génesis de «las masas» es la fábrica. El hombre
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