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2 8 María en la econom ía d e salvación datos fundamentales han sido enriquecidos por otros tradicionales en forma insuficientemente conocida. La conciencia religiosa de los fieles, en reflexión reposada de siglos, bajo la asistencia del Espíritu Santo, ha ido penetrando gradualmente estos datos primitivos y desentrañando su virtualidad. El resul= tado de todo ello ha sido esta idea grandiosa que la Iglesia tiene acerca de María: María es una creatura excepcional con relación a los demás hijos de Adán. Su maternidad divina, el conjunto de sus prerrogativas, le constituyen en una jerarquía o dignidad sobrenatural superior a las demás creaturas y completamente cercana a la jerarquía divina en que se encuentra el Hijo de María, por razón de la Unión hipostática. Se presiente en seguida la importancia que ha de tener para toda la Mariología esta trascendencia y singularidad de la Madre del Señor. Ella implica prerrogativas especiales para María; pero aun aquéllas en que parece convenir con los hijos de Adán, adquieren en Ella un sentido y valor del todo especial. Intentamos perfilar más nítidamente esta figura sobrenatural de María. La actual Economía de salvación. — Según San Pablo y los Padres anti= guos, Dios tiene una «Oiconomia», lo que nosotros llamaríanos un «procedi= miento» característico para lograr la salvación del género humano. El plan divino de salvación está concebido, fundamentalmente, en esta forma: a) Jesucristo es constituido Primogénito de toda la creación y Principio de los Caminos de Dios, ad extra; y luego, b) El mismo es constituido, particularmente, Cabeza de la Iglesia, para que en todas las cosas tenga El la Primacía y todo esté recapitulado en El. Pero Cristo tampoco ha sido querido por el Padre aisladamente, sino que el objeto del querer del Padre lo constituyen, al lado de Jesucristo, los hombres todos y los ángeles, la Ciudad de Dios. Por eso, los ángeles y los hom= bres han sido incorporados al mismo destino sobrenatural de Cristo en ca= lidad de miembros que completan la realidad mística de Cristo=Cabeza. En fórmula de San Pablo podíamos decir que la actual Economía o plan divino de salvación se cifra todo en el «misterio de Cristo». Y el mysterium Christi está en que: 1.° Cristo ha sido puesto como Cabeza de la creación entera, que recibe de El la vida sobrenatural y, proporcionalmente, la misma razón de ser en el orden natural. 2.° La Creación entera ha sido recapitulada en Cristo, para que, como miembros de su Cuerpo, sean la plenitud, el «pleroma de Cristo». Pues bien, articulado el plan divino en forma de organismo, en el cual alguien es la Cabeza y otros los miembros, si queremos hablar de cualquier ser sobrenatural, lo primero que nos conviene hacer es determinar la categoría ontológico=sobrenatural a que pertenece; es decir, si pertenece a la categoría de la Cabeza o a la de los miembros. Claro que, cuando se trata de un indi= viduo humano cualquiera, la cuestión es sumamente fácil y se da por resuelta desde el primer momento. Lo mismo sucede cuando se trata de este individuo excepcional que es Jesucristo, Dios=Hombre. Se dice en cien pasajes de la Revelación que hay que concederle la Primacía y Capitalidad en todas las cosas.

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