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E N S A Y O T EO LO G I CO SOBRE EL C O N C E P T O C R I S T I A N O DEL M U N D O El libro negro de Papini, nos presenta una nueva edición de míster Gog, multimillonario y fanático coleccionista, que cuenta cómo en su sección de manuscritos inéditos se encontró con una obra de William Blake titulada El Paraíso hallado nuevamente. En esa obra imaginaria, Blake se figura que el antiguo Edén no puede haber desaparecido de la tierra, y se lanza a la aventura de encontrarlo. Con idéntico fin, se había embarcado antes Colón, pero tuvo la mala frtuna de hallar ricas y nuevas tierras que le entretuvieron, impidiéndole cumplir su cometido principal. El espera mejor suerte y con esta ilusión viaja durante años. Encuentra raras bellezas, pero ningún rastro del Paraíso. Hasta que una noche, durmiendo sobre el musgo de una vieja caverna, empieza a soñar y oye una voz que le habla... Su constancia le ha merecido que Dios le revele la gran nueva que sólo algunos santos llegaron a entrever. El Paraíso terrenal existe aún; el Paraíso es toda la tierra. Adán y Eva no fueron expulsados de él, sino que fueron solamente enceguecidos para que perdieran el sentido de orientación y no volviesen a encontrarle. Y actualmente el mundo sigue siendo paraíso, aunque son pocos los que le ven como tal, muchos los que ven en él un Purgatorio e incontables aquellos a quienes se les figura un infierno. Un comentario teológico a esta invención literaria nos podría revelar la razón última, por la que el franciscanismo ha encontrado en las criaturas a Dios y ha mantenido un concepto triunfal del mundo que parece a primera vista, en contradicción con su ascética de desprendimiento y con la vida de sus santos. Y la posibilidad de hacer entrever la solución de esa dificultad es la primera razón que nos ha movido a hacer este ensayo. Pero es que además las características especiales del apostolado actual nos exigen también adquirir un concepto claro y cristiano del mundo para

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