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P . Ventosa 2 1 9 supuestos metafísicos que entraña esa concepción de Berdiaeff; pero el lector puede apreciar lo descaminado que anda el filósofo ortodoxo ruso en la ultima motivación de la filosofía de la historia. Volvamos ahora a Guardini. Ya anotábamos que acepta el diagnóstico de Huizinga sobre el momento actual; pero con Berdiaeff se remonta en busca de las causas de esta crisis hasta el Renacimiento. Pero más bien que señalar el fracaso del humanismo en general, Guardini desciende a anali zar las notas peculiares en que se manifiesta este fracaso. Tres son las notas peculiares del Renacimiento, según Guardini: el amor a la naturaleza, la afirmación del individuo y de la personalidad, y final mente la estima de la cultura. Pues bien: estas tres notas están pasando por tormentosa crisis. La naturaleza, objeto de amor y cariño en el Renacimiento, se trasfor- ma para el hombre de hoy en objeto de pavor. Ya no se puede hablar de la «madre-naturaleza», como hablaron G. Bruno o como Goethe, quizá el úl timo espíritu que ha sentido un profundo amor hacia la naturaleza. Hoy ya no se establece una especie de identidad afectiva entre Madre y Naturaleza (Mutter-Natur). Más bien la naturaleza se presenta a la conciencia de hoy como algo peligroso, que no merece confianza (Gefährliches, Unvertrau tes) (i 8). A su vez el individuo y la subjetividad sufren hoy los efectos de una enorme masificación de los pueblos. Hoy desaparecen cada vez más los in dividuos «señores» para tornarse todos en individuos «masa». No hay per sonalidades que impriman carácter a la época. Son todos meros productos del ambiente. Hasta el Führer, por definición Conductor y Guía, no es más que un producto de la masa, a merced de sus exigencias. También la cultura ha apostatado de su misión. En vez de estar al servi cio de la verdad, se ha puesto al servicio del poder. Con esta idea se entron ca el análisis de Guardini con el de Splenger. Ambos auguran para el pró ximo tiempo un aumento formidable del poder. Pero en la solución de este tema, mientras que Splenger pide nuevas águilas de acero, Guardini pide una educación, más que nunca necesaria, para detentar dignamente el poder. Entonces el poder se impondrá a sí mismo los límites debidos. Por eso con sidera este tema del uso del poder como el tema capital para un futuro in mediato. «El problema capital, dice textualmente, para la nueva cultura, y de cuya solución pende no sólo el bienestar y la miseria, sino también la vida o el ocaso y la muerte, es el poder» ( 19). Por eso ante los abusos enor- (18) Das Ende der Neuzeit, p. 63. (19) Por su importancia citamos este texto en alemán: «Das Kernproblem, um das die künftige Kulturarbeit kreisen, und von dessen Lösung alles, nicht nur Wohlfahrt oder Not, sondern Leben oder Untergang abhängen wird, ist die Macht», o. c.. p. 97.
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