PS_NyG_1954v001n001p0171_0186

extender su m inisterio; en el campo, en las oficinas, fábricas, hospitales y cárceles; en medio del ejército de obreros, hechos hermanos con sus herma­ nos más pobres, para ganarlos a todos a C risto ; mezclando vuestro sudor apos­ tólico con el sudor de los pobres... penetrando de caridad divina sus almas contagiadas por el odio». «Empeñaos, pues, en todo esto sin perdonar fatiga y , con el alma inflamada en amor divino, penetrad en medio de las masas como mediadores de p a z ... Brillad delante de todos por el ejemplo, por la pobreza, simplicidad, austeridad y espíritu evangélico, con lo que podréis más fácilmente atraer sus ánimos y conquistarlos para Jesucristo.» (Carta de Pío XII al P. General de la Orden de FF. M M . Capuchinos) ( 6 ). Después de lo expuesto en estas páginas nada más seguro y tranquiliza­ dor, pero al mismo tiempo nada más inquietante para todo franciscano que esas apremiantes consignas del actual V icario de Cristo. P . M ateo d e E ncinas , O. F. M. Cap. 186 E l franciscaniam o: su va lo r y a ctu a lidad social (G) Idem, id.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz