PS_NyG_1954v001n001p0039_0084

P. Pehtyo de Zamayón 41 sobre la necesidad insustituible de la Metafísica y su incomparable valor, pe­ rennemente renovado en toda época, también en la actual. De acuerdo con estas enseñanzas — y tal vez inspirándose en ellas— la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán ha realizado una inicia­ tiva que interesará vivamente a cuantos siguen el pensamiento filosófico cris­ tiano y sienten, hov más que nunca, la necesidad y el deber de intensificar la meditación y difusión de aquellos principios fundamentales, sobre los que se apoya la demostración racional de las verdades supremas. Durante el otoño pasado— precisamente desde el 4 al 6 de octubre de 1953 — se cele­ bró en dicha Universidad un congreso de í ilosotía, que tuvo un tema gene­ ral único, a saber: «Las bases de la Metafísica clásica»: tema que iué tra­ tado en una serie de ponencias defendidas por eminentes cultivadores de dis­ ciplinas filosóficas, seglares y eclesiásticos, comenzando por el P. Agustín Gemelli. VOsservatore Romano dió el anuncio con bien notable anticipa­ ción ( 16 -17 de febrero de 1953 ); y ponderando la importancia del congre­ so, afirmaba ya entonces: «La batalla, que en el campo filosófico se está combatiendo hoy en día, tiene, como ejércitos enfrentados el uno contra el otro, por una parte las tendencias negadoras de la Metafísica, y por otra, el antiguo y glorioso pensamiento clásico, que, nacido en Atenas, re­ cibió después su desarrollo y su perfección por obra y mérito de gran­ des pensadores italianos.» Ningún lector de Naturaleza y Gracia discordará de cuanto el Sumo Pontífice enseña; todos aceptarán las apreciaciones de la Universidad Cató­ lica del Sacro Cuore acerca de la verdad y el valor de la Metafísica y sobre la oportunidad y necesidad de meditarla y propagarla, como se intenta en el presente estudio. II.— N o c 1 ó N . Pero convendrá, en primer término, precisar bien el concepto de la Metafísica. Es esto tanto más necesario cuanto que, por ser ella un saber más profundo que los restantes conocimientos naturales, su noción resulta más difícil; pero, sobre todo, ha venido a serlo por los avatares históricos de dicha ciencia y hasta por las vicisitudes del nombre mismo con que se la designa, etimológicamente de significación topográfica: La ultra-física, la super-física (2 bis). (2 bis) L a tradición histórico-peripatética lo atribuye a An drón ico de Ro­ das: el cual lo habría inventado, porque en la clasificación o agrupación de los escritos del E stagirita colocó los referentes a la filosofía prim era después de los libros físicos. H o y se discute semejante tra dició n : el nombre parece anterior

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz