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quizá lo tercero, como afirma J. M. Bissen en este caso. Contemplando al entender esencial ligado al verum, como el «querer» esencial ligado al bo num, San Buenaventura no trastorna el orden metafíisico, como ha sido siempre el peligro en un voluntarismo metafísico a ultranza a favor del bien (Platón, Plotino, Pseudo-Dionisio), o por el contrario, en un intelec- tualismo exagerado (Aristóteles, Estoicos, Juan de Santo Tomás). También con esta jerarquización metafísica de los trascendentales en el ser evita San Buenaventura de un modo radical todo peligro de emanatismo ciego y ab surdo. Una vez más la mente del Seo. Doctor se abre camino por término medio que en la segunda parte de la cuestión sabremos estimar, al contem plar el vuelo de su espíritu por las intimidades de la vida divina. San Buenaventura, en el texto varias veces alegado, nos habla de un orden metafísico, quoad perfectionem, además del que hemos estudiado, quoad absolutionem. Este orden quoad perfectionem es el orden de las co municaciones divinas. Cabe, pues, la pregunta: ¿cómo debemos concebir la naturaleza divina para dar razón de sus comunicaciones, tanto ad intra como ad extra ? A este interrogante que nos adentra más que ningún otro en el misteno de Dios, respondemos con la conclusión siguiente: para el Doctor Seráfico la idea de «Bien» — bonum, bonitas — está a la raíz de toda la vida divina y, por consiguiente, es el «Bien» la última razón meta física por la que Dios se comunica, tanto ad intra como ad extra. El desarrollo de la conclusión propuesta nos llevaría a estudiar el influjo de la idea de «Bien», tanto en la vida trinitaria como en sus manifesta ciones a través de la creación. Las dimensiones, sin embargo, de un artículo nos obligan a que en esta ocasión nos limitemos a la vida trinitaria. Trate mos, pues, de buscar a la luz de la teología del Seo. Doctor la razón últi ma de estas comunicaciones admirables. Con respeto y temblor nos acer camos al gran misterio cristiano; pero nos sentimos tranquilos yendo en compañía de tan gran Doctor, cuyo pensamiento seráfico tratamos de se guir hasta su más recóndito hontanar. Donde el Seo. Doctor nos ha hablado más de propósito de las razones del misterio trinitario es en el capítulo V I del Itinerarium.. . ( 74 ). El mis mo título del capítulo preludia su contenido y nos pone en acecho sobre la importancia que San Buenaventura concede al «Bien» en la especula ción del gran misterio: De speculatione beatissimae Trinitatis in ejits no mine quod est bonum. Al comenzar su contemplación metafísica enuncia este principio que hemos juzgado decisivo en nuestro estudio: Sicut autem visionis essentialium ipsum esse est principium radicale et nomen, per quod caetera innotescunt ; sic contemplationis emanationum ipsum bonum est 32 La metafísica del Bien en la Teología de San Buenaventura ( 74 ) O. c„ t . V , p . 310 - 312 .
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