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las Sagradas Escrituras y alimentado por la vivencia cristiana de su íntimo trato con Dios. Bueno es a este propósito recordar la influencia que sobre el pensamiento teológico de San Buenaventura tuvo la vida extática de su santo Fundador. No en vano, en la cúspide del Itinerarium ..., al lado del Pseudo-Dionisio, de cuyo agnosticismo quizá no se percató el Seo. Maes­ tro, se recuerda la figura de Pobrecillo, de quien afirma sencillamente: In Deum transiit per contemplationis excessum ; et ■positus est- in exemplum ■perfectae contem-plationis ( 46 ). Como conclusión de esta visión histórica del tema que estamos des­ arrollando queremos llamar tan sólo la atención sobre los dos predecesores inmediatos del Seo. Doctor que en éste ejercieron notable influjo. Nos re­ ferimos a Ricardo de San Víctor y, sobre todo, a su Maestro, «de venerable memoria», Alejandro de Hales. Sobre Ricardo de San Víctor nos limitaremos a recordar que él fué, so­ bre todo, quien puso más en relieve el tema del «Amor liberal» como raíz y clave para explicar la donación de las divinas personas ( 47 ) . En Alejandro de Hales las influencias son más complicadas. Nunca podemos olvidar nosotros lo que ya está pasando a los mismos manuales de Historia de la Filosofía. Así, A. González Alvarez ( 48 ) afirma que fué el primer escolástico que introdujo a Aristóteles en la estructuración de la Teología. De ahí el que en la metafísica del «Bien» Alejandro de Hales se haya enfrentado con las dos corrientes antagónicas que hemos descrito: la intelectualista, de Aristóteles, y la voluntarista de Platón. En su tiempo estaban representadas respectivamente por las afirmaciones de San Juan Da- masceno, y por las del Pseudo-Dionisio. Espíritu sintético, trata de armoni­ zarlas. Siguiendo, pues, el Docor Irrefragable una vía media, sostiene con San Juan Damasceno la primacía absoluta del Ser sobre el «Bien», puesto que el Ser «es el piélago infinito y abismo de la divina esencia»; pero a su vez considera el «Bien» como origen v fuente de toda la vida divi­ na ( 49 ). Unas líneas de Th. de Regnon en su clásica obra sobre la Trinidad 22 La metafísica del Bien en la Teología de San Buenaventura (46) Itinerarium... c. V I I , n. 3 ; t. V , 312 b. (47) C f. De Trinitate. 1. 3 ; M L . 196. (48) Historia de la Filosofía, 3 ed.. M adrid, 1953, p. 62: « E l mrimer pensa­ dor del siglo X I I I que adopta una posición consciente ante Aristóteles fué A le ­ jandro de H a le s...» E s esto aceptar la tesis del P. Felder contra los que han sostenido ser San Alberto Magno, el iniciador del m ovim iento a favor de A ris ­ tóteles. (49) Summa Teolog., t. I, n. 352, n. 522-523. Sabido es cuánto se ha tra­ bajado en estos últimos años por descifrar el enigma que envolvía la Summa fratris Alexandri. Las últim as conclusiones de la crítica pueden leerse en los Prolegomena in lib. I I I , p. L X X X (Ouaracchi). 1948. Seeún ella, los lib. I, II y I I I han sido elaborados substancialmente antes del año 1245. es decir, antes de la muerte de A le jan dro de Hales. De ahí el que por lo menos haya que con­ cederle a este Maestro la dirección de la m isma en estos tres primeros libros. Véase también Collect. Frawc.. 21, (1951). p. 414.

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