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P. Feliciano de Ventosa 17 ción, pues nos parece han sido éstos los que más repercusión han tenido en la metafísica del «Bien» de San Buenaventura y las aplicaciones teológicas que hace de la misma. En primer lugar, su concepción agnóstica de Dios y de la vida divina y, por consiguiente, a fortiori, del misterio trinitario. Su sentido cristiano no fué capaz de hacerle romper la malla que le aprisionaba a la doctrina agnós­ tica de su Maestro Plotino. Es esta concepción agnóstica la que domina en sus admirables tratados y especialmente en el De Divinis Nominibus, don­ de más de propósito estudia el conocimiento que nos es dado obtener de Dios. Ya en el primer capítulo del citado libro, con el que se abre el Corpus Dionysiacum, se da la tónica agnóstica que dominará a través de todos los escritos ( 30 ): «Sicut emm incomprehensibilia et incontemplabilia sunt sensi- bilibus invisibilia... juxta eandem veritatis rationem superat essen- tias superessentialis magnitudo, et ánimos, super ánimos unitas, et ómnibus virtutibus impossibile est quod super sensum est, arcanum- que omni rationi superrationale bonum, unitas unifica omnis unitatis et superessentialis essentia, et intellectus invisibilis, et verbum ar- canum; irrationabilitas et invisibilitas et innominabilitas secundum nullum eorum quae sunt ens; et caúsale quidem essendi ómnibus, ipsa autem non on (ens) ut omnis essentiae unitas.» Este principio agnóstico, general para todo el tratado de Dios, lo aplica especialmente al dogma trinitario en el último capítulo del mismo libro De Divinis Nominibus, de donde entresacamos este texto bien significativo ( 31 ): «Idcirco et unitas laudatur et Trinitas super omnia Deitas, non est ñeque unitas ñeque trinitas aut a nobis aut ab alio quodam exis- tentium cognita. Sed etsi superadunatum ejus divinamque fecundi- tatem veré laudemus, tnadica et monadica divina nominatione plus- quam-nominabilem nominamus in essentiis superessentialem... Et ñeque ipsum quod est bonitatis nomen tanquam adunantes ei proferi- mus, sed desiderio intelligendi quid et dicendi de ineffabili natura illa nominum pretiossisimum ei primo devovemus.» La divina tiniebla envuelve el misterio de Dios y ni siquiera el nombre (30) E n este estudio sobre el Pseudo-Dionisio utilizamos la incomparable edic. de los PP . de Solesmes en la que además del texto griego y una traduc­ ción francesa se nos dan nueve traducciones latinas que han tenido lug a r a tra­ vés de los siglos. E n tre ellas la de Escoto Eriúgen a , que fué la de m a yor circu ­ lación en los ambientes culturales de la edad media. Este p rim e r texto se en­ cuentra en vo l. X, p. 9-11. (31) Ed. de Solesmes, Y o l. I. p. 550-553.

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