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DESARROLLO DE COMPETENCIAS ACTITUDINALES EN LA EDUCACIÓN… NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 697-721, ISSN: 0470-3790 701 sino que necesita algo más, alberga en sí la voluntad de realizar en su vida algo cargado de sentido. Y, al realizar ese sentido, el efecto es el placer y la desaparición de su complejo de inferioridad. Frankl considera este deseo de significado como una necesidad específica, no reductible a otras necesidades, y presente en todos los seres humanos. La Logoterapia trata de orientar a las personas hacia la bús- queda del sentido de su existencia. Considera que, en el camino de búsqueda de dicho sentido, éstas habrán de superar la situación de falta de sentido (vacío existencial) , mediante una tensión innata y continua que le dirige a la búsqueda del sentido (voluntad de sentido) para llegar al único, singular y general sentido de la vida (suprasentido) . Describimos, a continuación, el desarrollo de esta búsqueda del sentido según los postulados elaborados por Frankl y la Logoterapia. a) Frustración y vacío existencial Frankl observa que cuando las personas viven su existencia sin dejar sitio a la pregunta por el sentido de la misma es fácil que se vean sumergidas en un activismo o una pasividad que tarde o temprano llegarán al límite del sin-sentido. Es entonces cuando la voluntad de sentido se frustra y surge la llamada por Frankl frus- tración existencial , una sensación de vaciedad, que denomina vacío existencial . Se trata del vacío interior en el que se instala la persona que ve su existencia desprovista de un significado que la considere digna y se lanza a la consecución del placer inmediato y superficial. Hoy día, considera Frankl, las personas no sufren tanto por el sentimiento de valer menos que otras sino sobre todo por el sentimiento de que su ser no tiene un significado (Frankl, 1984). Él mismo afirma que los pacientes acuden al psiquiatra porque dudan del sentido de su vida o desesperan de poder encontrarlo y denomina “neurosis noógena” a la enfermedad neurótica a la que puede conducir la frustración existencial (Frankl, 1994c). La persona inmersa en el vacío existencial carece de un instinto que le diga lo que ha de hacer y no tiene ya tradiciones que le indiquen lo que

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